1-1. Los penaltis condenan a un colosal Mallorca en Sevilla

El equipo pierde la final en los lanzamientos tras un partido épico

Muriqi tuvo el 1-2 en la segunda parte de la prórroga

Dani Rodríguez abrió el marcador y Larin, en una acción clave, falló el 0-2

Mallorca
Samú Costa y Galarreta, durante el partido.
Tomeu Maura
  • Tomeu Maura
  • Redactor jefe de Deportes en OKBaleares, 40 años en la profesión cumplidos en 2023 tras más de media vida en El Mundo

Igual que sucedió en Valencia en 1998 los penaltis privaron a un épico Mallorca de levantar su segunda Copa del Rey. Los errores en los lanzamientos de Morlanes y Radonjic fueron decisivos ante un Athletic infalible en sus disparos, pero aunque el título se marcha a Bilbao hay que levantarse al paso del equipo de Aguirre, un grupo de guerreros colosales que lo aguantaron absolutamente todo y que llenaron de orgullo a sus aficionados, tanto a los que viajaron a Sevilla como a los que siguieron el partido por televisión. Son unos verdaderos héroes, como héroes fueron también en Mestalla.

El Mallorca sacó de centro, pero quien primero mostró los colmillos fue el menor de los Williams, que en el robo de balón se fue directo hacia la portería de Greif para probar desde fuera del área un disparo que se marchó desviado, pero que sirvió para enardecer a la mitad de la grada bilbaína, que rugió como si estuviera celebrando un gol.

La aventura en solitario incitó al Athletic a afilar sus armas para tratar de intimidad al Mallorca. El equipo se tiró a tumba abierta a por el 1-0, pero el Mallorca no sólo aguantó de pie, sino que utilizó a Muriqi para sembrar el pánico entre la defensa bilbaína. A los nueve minutos un pase del kosovar estuvo a punto de llegar a Larin, pero intervino a última hora Vivian para evitar el remate del canadiense. Ahora fue la grada mallorquinista la que respondió con alaridos.

El partido no dio ni la menor tregua y a los 15 minutos llegó el primer disparo a puerta. Fue de Galarreta y respondió con eficacia Greif mandando el balón a la esquina, pero la facilidad con la que dejaron rematar a Iñigo al borde del área encolerizó a Aguirre, al que le faltó poco para penetrar en el terreno de juego mientras pedía explicaciones, consciente de que cualquier error podía valer la final.

La respuesta llegó, como no, de pies de Muriqi, que recibió lejos del área tras un error de Nico Williams a los 18 minutos y no dudó en soltar su pierna para obligar a Agirrezabala a conceder el primer córner a favor del Mallorca. Y no fue un saque de esquina cualquiera. Hasta tres remates ensayó el equipo de Aguirre en el área después del saque de Darder hasta que el balón le llegó a Raíllo, que con la sangre fría de un cirujano esperó a su compañero Dani Rodríguez, que lo paró, levantó la cabeza y disparó a la red superando a Vivian, que no pudo cubrir el primer palo. El 0-1. La locura. La locura absoluta.

El Athletic quedó muy malherido. No entraba en sus planes tener que remar contra corriente y durante un buen rato se quedó tendido sobre la lona. Le despertó Nico Williams, el mejor de su equipo en la primera parte. Llegó a empatar en una combinación con Sancet, pero estaba en fuera de juego, y luego, con toda la portería a su merced y el tiempo reglamentario casi cumplido, tiró fuera el balón. En un partido frenético un par de detalles evitaron el 1-1…y el 0-2, abortado por Yuri, que se jugó el físico en un remate de Copete en el área.

Flotando en una nube, dando por buenos todos los sacrificios hechos para llegar hasta Sevilla, los 21.000 mallorquinistas despidieron a su equipo puestos en pie cuando Munuera Montero mandó a los futbolistas al vestuario. Quedaba lo más difícil por delante, pero el partido estaba encaminado. Muy bien encaminado. Sólo 45 minutos separaban al Mallorca de su sueño de volver a ser campeón de Copa.

El equipo regresó endemoniado al campo y en el primer minuto tuvo el 0-2 a pies de Larin, que se fue solo ante Agirrezabala, pero siguiendo la costumbre disparó al muñeco y el portero le sacó el balón. Sólo unos instantes después respondió con contundencia el Athletic. Nico Williams dejó solo a Sancet, que resolvió con mucha calidad ante Greif, que no pudo hacer nada para evitar el empate.

Al igual que había sucedido en la primera parte con el 0-1, el gol produjo un efecto devastador en el equipo que lo había recibido. El Mallorca se hundió en el campo, y aunque casi en la jugada siguiente al empate Muriqi soltó un disparo rarísimo que pegó en la base del poste, lo cierto es que el Athletic lo sometió a un durísimo castigo conducido por un imparable Nico Williams, que dibujó a velocidad de vértigo un slalom en el área que acabó con un pase de la muerte que pasó por debajo de las piernas de su hermano.

Aguirre no tardó en darse cuenta de la necesidad de meter el bisturí cuanto antes. Darder y Larin se fueron al banquillo y Antonio Sánchez y Morlanes le dieron al equipo el equilibrio que necesitaban para conseguir amainar la tormenta. El propio Antonio Sánchez cambió la tendencia a los 67 minutos llegando al área desde atrás para disparar alto. No tuvo puntería, pero marcó territorio. Justo lo que pretendía su entrenador.

Los cambios volvieron a igualar el partido, del que claudicó Dani Rodríguez, que a los 72 minutos se lanzó al suelo pidiendo el cambio por problemas musculares. Le sustituyó Radonjic, que no tardó en dejarse notar con un doble regate que le permitió obtener el espacio necesario para ensayar un disparo que salió mordido. Más puntería tuvo poco después Yuri, pero Greif se lanzó para embolsar el balón en la última acción de peligro de los 90 minutos, lo que llevó al choque directamente a la prórroga.

Los 30 minutos suplementarios fueron un martirio para los futbolistas, muy machacados físicamente, pero hubo una ocasión clara por bando. Maffeo se interpuso milagrosamente para enviar a córner un remate en el área de Nico y en la otra portería Muriqi obligó a emplearse a fondo a Agirrezabala en un cabezazo que dejó sin respiración a toda la grada mallorquina. Sin embargo el balón no entró y el título se decidió en los penaltis y, al igual que la final del 98 en Mestalla, la moneda volvió a salir cruz.

Athletic: Agirrezabala (2), De Marcos (1), Vivian (1), Paredes (1), Yuri (1), Galarreta (2), Beñat Prados (1), Iñigo Williams (1), Sancet (2), Nico Williams (3) y Guruzeta (1). Vesga (2) por Beñat Prados (46′), Unai Gómez (1) por Galarreta (79′), Berenguer (1) por Iñaki Williams (90′), Muniain (1) por Sancet (90′), Raúl García (1) por Guruceta (90′), Lekue (1) por Yuri (105′)

Mallorca: Greif (2), Gio (3), Valjent (2), Raíllo (2), Copete (2), Lato (2), Samú Costa (3), Dani Rodríguez (2), Sergi Darder (1), Larin (1) y Muriqi (3). Morlanes (2) por Sergi Darder (62′), Antonio Sánchez (2) por Larin (62′), Radonjic (1) por Dani Rodríguez (72′), Maffeo (1) por Valjent (90′), Nastasic (1) por Copete (105′), Van der Heyden (1) por Lato (110′)

Árbitro: Munuera Montero (1). TA Paredes, Muriqi, Radonjic

Goles: 0-1. Min.20: Dani Rodríguez; 1-1. Min.50: Sancet

Penaltis: 1-0. Muriqi; 1-1. Raúl García; 1-1. Morlanes, para Agirrezabala; 1-2. Muniain; 1-2. Radonjic; 1-3. Vesga; 2-3. Antonio Sánchez; 2-4. Berenguer

Estadio: Final de la Copa del Rey en el estadio de La Cartuja. Totalmente lleno, con notoria mayoría de aficionados del Athletic.

 

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