La Policía sostiene que una misma bala mató al agente de Andújar y al agresor del cuchillo

La investigación de la tragedia de Andújar (Jaén) del pasado domingo, en el que murieron un policía nacional y un individuo que amenazaba a vecinos con un cuchillo y un martillo, ha determinado que fue el mismo impacto de bala el que habría acabado con la vida de ambas personas, a pesar de que no hubo ningún contacto físico entre ellos. El proyectil habría dejado malherido al agresor y después, de rebote, habría impactado contra el agente.

Una vez finalizadas las autopsias practicadas a las dos víctimas, la Policía Nacional ha confirmado en un comunicado que la fatalidad ha estado detrás de la muerte de Juan José Lara, el agente de 40 años que fue enterrado este pasado lunes en la vecina localidad de Marmolejo, su pueblo natal.

Lara se disponía a auxiliar a su compañero en el forcejeo que mantenía con el hombre que le amenazaba con arma blanca, momento en que este último agente, que se encuentra ingresado en el hospital de Jaén por las heridas recibidas, repelió la agresión con un disparo.

Esta bala, según las primeras investigaciones, habría atravesado una parte del cuerpo del agresor (aún no precisada) y, posteriormente, tuvo la fatalidad de impactar en el abdomen de Juan José Lara, que cayó al suelo casi de forma fulminante como se aprecia en los distintos vídeos que han trascendido.

La Policía Nacional ha informado este martes de que se está a la espera de los informes balísticos de la Policía Científica para determinar la trayectoria de ese primer proyectil.

Otras fuentes de la investigación señalan que el agresor, Andrés Moya, un veterinario jubilado con problemas de salud mental, se levantó tras el forcejeo con el primer policía y, como se aprecia en los vídeos difundidos, camina por la calle, titubeando y sangrando ya de las heridas recibidas en el pecho, encontrándose a otra patrulla de la Policía Local de Andújar.

Fue en ese momento cuando el primer agente que había quedado herido tras el forcejeo siguió sus pasos y mientras éste caminaba de espaldas efectuó dos disparos a la altura de las piernas con la intención de reducirlo.

La Policía descarta, por tanto, que la muerte de este individuo tenga que ver con estos dos disparos finales y sí con el primer proyectil que recibió durante el forcejeo y que también provocó la muerte del segundo agente.

Fuentes de la investigación han confirmado igualmente que los expertos en balística que examinaron la zona encontraron en la persiana de un edificio contiguo el impacto de una de las dos balas que, tras chocar con una moneda que el agresor llevaba en el bolsillo, salió rebotada hacia la fachada de una vivienda. Así, el impacto de la bala en la moneda se produjo en este segundo disparo y no en el primero, que resultó mortal, como apuntaban algunas hipótesis.