Andalucía
Elecciones Andalucía 2022

Palo de Susana Díaz a Ferraz: «Yo no voy a criticar para hacer daño como hicieron conmigo en 2018»

Susana Díaz, ex presidenta de la Junta y ex secretaria general del PSOE andaluz (PSOE-A), ha lanzado un duro recado a Ferraz a colación del fracaso electoral socialista en las elecciones autonómicas andaluzas de este 19 de junio. Según ha señalado, ella no va a caer en las críticas hacia sus compañeros para hacer «daño»… como el que, según ha dicho, sufrió ella tras su insuficiente victoria en los comicios andaluces de diciembre de 2018.

Susana Díaz se ha autodefinido este lunes como «generosa» en una entrevista concedida a Cuatro, porque ella no iba a criticar a sus compañeros de partido. «Sufrí muchísimo cuando gané las elecciones hace tres años pero no pude gobernar» y «a horas tan sólo de cerrar las urnas me hicieron muchísimo daño» desde Ferraz. «Yo no se lo haría a nadie, y mucho menos a un compañero mío como Juan Espadas», ha añadido Susana Díaz.

Colisión socialista en 2018

El resultado electoral de 2018, cuando pese a ganar las elecciones con 33 escaños los socialistas no pudieron gobernar, terminó de romper una relación entre Susana Díaz y Ferraz que, pese a las apariencias de aquella campaña electoral, estaban ya muy deteriorada. La batalla entre la entonces líder del PSOE-A y Pedro Sánchez venían de mucho tiempo atrás.

Aprovechando la debacle electoral, que Espadas no ha logrado revertir, desde Ferraz hablaron de regeneración en la que era su federación más potente. Las primarias de 2017, en las que Susana Díaz luchó por el control del PSOE contra Pedro Sánchez, marcaron el principio de su final en el PSOE-A. 

Pero Susana se aferraba a su cargo como líder del socialismo andaluz. «Si hubiera perdido, me habría ido, pero he ganado», reprochaba a Ferraz desde Sevilla. El PSOE-A había pasado tras los comicios de 2018 de los 47 diputados de 2015 a los 33. Era el peor resultado histórico del socialismo en la comunidad… Y ahora, sin Susana Díaz, que entonces había vencido en siete de las ocho provincias, se ha vuelto a marcar un nuevo récord a la baja.

Remontada

Sea como fuere, el PSOE-A ha obtenido su peor resultado histórico en Andalucía, con 30 escaños y un 24% de votos, 3,85 puntos menos que en los comicios de 2018. Susana Díaz, que perdió el año pasado frente a Juan Espadas las primarias del PSOE-A, ha dicho que confía en que su partido «es grande», y los socialistas serán «capaces de remontar el vuelo cuanto antes».

«Y lo haremos todos unidos», ha aseverado la actual senadora por designación autonómica antes de añadir que no tiene «ninguna duda» de que los socialistas andaluces «nos vamos a levantar más pronto de lo que muchos imaginan».

La ex secretaria general del PSOE-A ha concedido que, en estas elecciones, «algo de voto útil para parar a Vox ha ido a parar al PP», partido que «se ha aprovechado de muchas circunstancias» y al que «hoy toca felicitar», pero también ha indicado que «ha habido más circunstancias» para explicar lo sucedido en estos comicios, como «la división de la izquierda», según ha citado.

Reflexión

Susana Díaz ha llamado a «tener templanza, serenidad, y a hacer una reflexión profunda» en el seno del PSOE-A como el que van a llevar a cabo «todos», y que confía en que «las direcciones» de su partido la van a desarrollar «porque tenemos que levantar el vuelo, y en el corto» plazo, porque «tenemos unas elecciones municipales a la vuelta de la esquina y tenemos que estar a la altura de lo que es el PSOE de Andalucía», según ha remarcado.

Tras señalar que «hoy es un día triste, muy duro», en el que los socialistas andaluces «lo estamos pasando mal desde anoche», y «muchos no hemos dormido», Susana Díaz ha respondido a la pregunta de si debería dimitir alguien en el PSOE-A que no va a «entrar en esos debates porque sufrí un montón» tras las elecciones de 2018 y «he tardado mucho en recuperarme».

«No me dio tiempo; el día siguiente de las elecciones ya me estaban diciendo barbaridades en los medios», según ha lamentado Susana Díaz para insistir en que es algo que «no se lo deseo a nadie, y mucho menos a mis compañeros», ha zanjado.