Andalucía
Virgen del Rocío

Éste es el significado de la cinta con la virgen del Rocío que llevan los devotos almonteños

La tradición de llevar una cinta con la Virgen del Rocío. ¿Qué significa y para qué sirve?

Origen de las procesiones de Semana Santa: ¿por qué se hacen?

El significado de la Semana Santa en la historia y cultura española

Cuando se trata de las tradiciones que giran en torno al Rocío, hay una que a menudo pasa desapercibida para quien no conoce bien la devoción. Se trata de la cinta con la Virgen del Rocío. Los almonteños la llevan colgada, por ejemplo en el sombrero, y para ellos no es un simple adorno, sino un símbolo de fe y pertenencia que tiene mucho que ver con su pasado. Una costumbre que se mantiene viva desde hace más de un siglo y que aún emociona a quien la conserva entre sus recuerdos.

El Rocío está lleno de gestos pequeños que se convierten en tradición y sin duda, en entrega: ya sea un viva a la Virgen del Rocío, el poder ver al Simpecado, o todo lo que deja el camino. Pero pocas cosas condensan tanto sentimiento como esa cinta estrecha de tela, estampada con la imagen de la Virgen y alguna frase devota. Se ve en los sombreros de los romeros, en los espejos de los coches o colgando del cuello durante la romería. Cada cinta cuenta una historia, y muchas veces, varias generaciones. Aunque hoy la llevan miles de devotos de toda Andalucía, su origen está ligado a los almonteños, los guardianes de la Virgen. De hecho, parece que ya la llevaban mucho antes de que existieran las medallas rocieras, y con ello, se puede tener siempre presente a su patrona.

Éste es el significado de la cinta con la virgen del Rocío

Antiguamente, cuando aún no se fabricaban medallas de la Virgen del Rocío, los rocieros más viejos colocaban una cinta alrededor de la copa del sombrero andaluz. En esa cinta aparecía impresa la efigie de la Virgen junto a una leyenda que decía: «Verdadera medida de Ntra. Sra. del Rocío, Patrona de Almonte». Era una especie de lazo de seda, en colores como el verde, el amarillo o el rojo, que servía de recuerdo y símbolo de protección.

Su función inicial no era ornamental. La llevaban tras la romería como recuerdo de la Virgen y como testimonio de haber estado ante Ella. En muchos hogares de Almonte y de la provincia de Huelva aún se conservan esas cintas antiguas, guardadas como auténticos tesoros familiares, algunas con más de cien años de historia.

Cuando aparecieron las medallas (la llamada medalla de la pandereta) la cinta no desapareció. Al contrario: sirvió para colgarlas al cuello y siguió luciéndose en los sombreros durante el camino. Con el paso de las décadas, cada hermandad fue adoptando sus propios colores, y la cinta se consolidó como un elemento de identidad para los rocieros.

De símbolo devocional a seña de identidad

Llevar la cinta del Rocío es, para muchos almonteños, una forma de mostrar que la Virgen los acompaña allá donde vayan. Se lleva en el coche para pedir protección en los viajes, se cuelga en las casas o se ata a la muñeca durante el camino. Su valor es emocional más que material: representa una promesa, una petición o un recuerdo que conecta con la devoción más íntima.

Durante la romería, también es habitual ver cintas en los sombreros de los romeros. Algunos las atan al ala como símbolo de fe; otros lo hacen por costumbre o tradición. En cualquier caso, esa cinta en el sombrero se ha convertido en un signo reconocible del peregrino rociero.

Los colores que hablan de cada hermandad

Hoy en día, casi todas las hermandades del Rocío tienen sus propias cintas con el color distintivo de su corporación. Las de Almonte suelen ser blancas o azules, en alusión al manto de la Virgen y a la pureza. Otras son verdes, rojas o doradas, y algunas incluyen el escudo o una inscripción con el nombre de la hermandad.

Durante el camino, las cintas se reparten entre amigos o se entregan como gesto de gratitud. Muchos peregrinos las ofrecen al llegar al Santuario o las dejan colgadas en el Simpecado como símbolo de promesa cumplida. Son pequeños objetos cargados de significado que se guardan después en casa, junto con la arena del camino o una flor del paso de la Virgen.

Una tradición que ha perdurado con los años

Aunque la cinta del sombrero pudo parecer en su día una costumbre menor, su permanencia demuestra la fuerza de los símbolos populares. En tiempos en los que casi todo cambia, estos pequeños detalles siguen uniendo a quienes hacen el camino año tras año.

Y en Almonte, donde la devoción a la Virgen del Rocío forma parte de la vida cotidiana, la cinta sigue siendo una señal visible de esa fe heredada. En algunos casos se hereda de padres a hijos, en otros se renueva cada año antes de partir hacia la aldea. Lo importante no es el color ni el diseño, sino lo que representa: la presencia constante de la Virgen en la vida del rociero.