Torremolinos

El asesino de Sibora la emparedó en un cajón lleno de cal y con un ramo de flores sobre su pecho

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El cadáver de Sibora Gagani encontrado en el ático de Torremolinos (Málaga) donde convivió con su pareja fue emparedado en un cajón lleno de cal y con un ramo de flores sobre su pecho, además de  diferentes objetos que podrían haber pertenecido a la mujer, una joven de 22 años de origen albanés y nacionalidad italiana desaparecida en 2014.

La desaparición fue denunciada por su entonces pareja sentimental, Marco R., un ciudadano italiano de 45 años en prisión provisional por asesinar el pasado 17 de mayo a su última novia, Paula, de 28 años, a quien asestó 14 puñaladas después de que ella decidiera poner fin a la relación.

Tras su detención, el caso de Sibora se reabrió y, nueve años después, Marco confesó el crimen. Este martes se descubrió su cadáver en un falso muro de un dormitorio, un hueco que ocultaba un cajón de madera dentro de un saco de acampada, envuelto en bolsas y cubierto de cal.

El hallazgo de Sibora

Una novedosa técnica con empleo de instrumental de Rayos X ha conducido a la Policía Nacional al hallazgo de Sibora en el interior de un cajón mortuorio repleto de cal en el ático de Torremolinos, última residencia conocida de la joven.

Hasta el momento, el cuerpo sin vida -en apariencia de una mujer- está pendiente de identificación y se trataría de una muerte violenta, según ha informado la Policía Nacional en un comunicado.

Los agentes practicaron este martes por la noche un nuevo registro en el domicilio de la zona de El Calvario, en Torremolinos, en busca de indicios que aportasen información relevante sobre el paradero de Sibora, una vez que su ex pareja resultase detenida el pasado 17 de mayo por el asesinato de Paula.

Las pesquisas se iniciaron a raíz de que, de manera espontánea, Marco dijera a los agentes que lo custodiaban que la desaparecida estaba «enterrada en el ático donde viví con ella», aunque luego no lo ratificó en presencia letrada ni tampoco en sede judicial.

Desde aquel momento, agentes adscritos a Brigada Local de Policía Judicial de la Comisaría de Torremolinos-Benalmádena centraron la investigación en el piso de El Calvario, donde, inicialmente, se practicó una primera diligencia de entrada y registro en la vivienda, contando con la colaboración del Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (GOIT), que emplearon densímetros y microcámaras entre las paredes del inmueble, aunque sin resultado positivo.

Al registro inicial se sumaron dos nuevas inspecciones oculares de la Policía Científica ante la sospecha de la utilización de alguna sustancia abrasiva por parte del investigado para la eliminación de pruebas.

Continuando con las pesquisas, este pasado martes los investigadores solicitaron la colaboración de agentes adscritos a Sistemas Especiales de la Subdirección General de Logística e Innovación, que pusieron en práctica una novedosa técnica con instrumental de Rayos X en una nueva búsqueda en la vivienda.

Una pared anómala

La pericia de los agentes les llevó a centrar sus esfuerzos en una estancia de la vivienda en la que se había detectado una alteración en la construcción de una de las paredes.

Así, con la finalidad de obtener más información sobre dicha variación, se comparó este espacio con la vivienda colindante, pudiendo observar que en el lugar correspondiente se había construido un armario, hueco que no existía en la casa objeto de registro.

Con la total colaboración del propietario y los moradores actuales de la vivienda, se procedió a demoler el muro, localizando tras el mismo un gran cajón de madera de aglomerado.

Una vez completado el derrumbe de la pared, se levantó la tapa de la caja, pudiendo comprobar que el interior estaba repleto de cal, despidiendo un fuerte olor a esta sustancia. De las primeras observaciones se pudo distinguir la existencia de una bolsa de plástico sobre el montón de cal, la cual contenía un cuchillo con restos de sangre seca.

Un ramo de flores

A continuación, se procedió a extraer la cal con sumo cuidado, apareciendo enterrados bajo la misma diferentes objetos que podrían haber pertenecido a la desaparecida y un ramo de flores sobre el torso de un cadáver, que se hallaba en el interior de un saco de acampada.

Tras proceder a su apertura, los agentes hallaron un cuerpo envuelto en bolsas de plástico, las cuales, una vez retiradas, dejaron a la luz un cadáver completo, en condiciones de ‘saponificación’, si bien podía intuirse que se trataba de una mujer.

Finalmente, se procedió al levantamiento del cadáver, siendo trasladado al instituto anatómico forense para la práctica de la autopsia este miércoles. De la investigación, que continúa abierta y bajo secreto sumarial, entiende el Juzgado de Instrucción nº 3 de Torremolinos.

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