España es la gran economía de la UE cuyas empresas pagan más impuestos después de Francia

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Un trabajador en España.

Las empresas españolas pagan a las Administraciones uno de cada dos euros de sus beneficios comerciales, según reflejan los datos del Banco Mundial. Dentro del grupo de las mayores economías de la Unión Europea tan sólo en Francia pagan más impuestos, un 62,7%. A nivel mundial, España se sitúa en el puesto 39 en cuanto a presión fiscal en esta materia.

Según los datos de 2015 del Banco Mundial, extraídos de su Proyecto Doing Business con el que mide las regulaciones de la actividad empresarial y su aplicación en un conjunto de 189 economías de todo el mundo, los impuestos totales que pagan sobre sus beneficios comerciales las empresas españolas (un 50%) se sitúan 9,2 puntos por encima de la media global, que es de 40,8%.

Eso sitúa a España tan sólo por debajo de Francia dentro de las mayores economías de la Unión Europea y la sexta en el conjunto de la UE. Del conjunto de los Veintiocho, además del país galo, en la parte superior del ranking se sitúan Bélgica (58%), Austria (51,7%), Eslovaquia (51,2%) y la República Checa (51,2%).

A pesar de lo elevado de la cifra que pagan las empresas españolas, ha habido una importante rebaja de la presión fiscal desde el año anterior. En 2014, los impuestos totales sobre los beneficios comerciales se dispararon hasta un 58,2% en 2014 tras haber sido de un 57,3% en 2013. Ese año fue el del gran incremento impositivo sobre las empresas de la primera etapa de Mariano Rajoy en el Gobierno. En su primer año de mandato, 2012, cuando no se aplicaron las subidas sino que se mantuvieron las rebajas de la etapa final de José Luis Rodríguez Zapatero, fue del 37,9%.

Fuente: Banco Mundial (pinchar para ampliar).
Fuente: Banco Mundial (pinchar para ampliar).

Los ejercicios 2011 y 2012, en los que hubo el mismo nivel de impuestos que pagaban las empresas sobre sus beneficios comerciales, fueron los dos únicos de la última década en los que España se situó por debajo de la media mundial. En el primero de esos años, la media global fue del 44,5% y en el segundo, de un 43,%.

La tendencia mundial desde 2006 ha sido de un constante descenso, puesto que ha ido descendiendo año a año desde el 52,2% de aquel ejercicio al 40,8% de 2015. En España, sin embargo, la evolución fue diferente. Ha habido algunas bajadas, partiendo de un altísimo 60,5%, pero también fuertes subidas, como las que caracterizaron la etapa central de la legislatura de Mariano Rajoy.

Para realizar su cálculo de los impuestos sobre los beneficios comerciales, el Banco Mundial calcula la cantidad resultante después de aplicar las exenciones y deducciones permitidas en cada país. En el cálculo se excluyen los impuestos personales retenidos, como el IRPF o los cobrados y remetidos a las autoridades fiscales. El más importante de estos últimos en el caso español es el IVA, pero existen otros como los impuestos especiales.

De esta manera, el grueso del cálculo que hace a las empresas españolas incluye el impuesto de sociedades y las cargas sociales, como las cotizaciones a la Seguridad Social. Otros impuestos municipales y autonómicos tienen una repercusión mínima sobre el monto total.

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