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Espinosa de los Monteros: «El Gobierno quiere ilegalizar Vox»

El portavoz de Vox en el Congreso de los Diputados, Iván Espinosa de los Monteros, sostiene que, más allá del control a la prensa, la hoja de ruta del Gobierno socialcomunista puede terminar en razonar una ilegalización de Vox. «Es obvio que hacia lo que están apuntando es ilegalizar Vox», afirma. «Tipificar el delito de odio como una de las causas para la disolución de la actividad política», añade Espinosa de los Monteros.

La Comisión Permanente para la desinformación, controlada por Iván Redondo, jefe de gabinete de la Presidencia del Gobierno y Miguel Ángel Oliver, secretario de Estado de Comunicación, decidirá qué es y qué no es noticia y podrá emprender acciones contra quienes difundan lo que consideren «desinformación». Un «auténtico peligro para cualquiera que discrepe demasiado con la única verdad oficial» del Estado, afirma el portavoz de Vox en el Congreso.

Entre tanto, el Gobierno defiende y justifica su plan. Según la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, esta Comisión Permanente nace para que «no podamos recibir ataques externos que desestabilicen, nada más y nada menos, que los niveles de libertad de información, de información veraz y de pluralidad ideológica».

PREGUNTA.: ¿Para conseguir que no te ataquen desde el exterior, tienes que meter a Iván Redondo como jefe del organismo y, como número dos, al jefe de prensa de Pedro Sánchez (Miguel Ángel Oliver)? ¿Es para el exterior o es para el interior?

RESPUESTA.: Eso es para el exterior del Palacio de La Moncloa. Si estás fuera del complejo de La Moncloa eres un peligro para el Gobierno y por lo tanto, tienen que atacarte. Los ataques a la libertad de este Gobierno están bien documentados. Hemos visto las declaraciones del Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, el general José Manuel Santiago, diciendo que hay que limitar los ataques al gobierno porque eso perjudica la credibilidad del Estado. No se puede criticar al Gobierno. Usted tiene que aceptar, admitir y razonar exactamente igual que el gobierno, y si no, es usted un peligro nacional para el Estado y le pueden pasar cosas.

Y a nosotros nos pasan cosas como ese informe de Centro Criptológico Nacional (CCN) que dicen que ‘el patriotismo es malo y el globalismo es bueno’, como Vox es un partido que fomenta el patriotismo, pues Vox se coloca entre los malos. Y nos pasan cosas de otro tipo que vamos viendo para las páginas de sucesos. Nos pasan como individuos a los que estamos dentro de Vox.

P.: ¿A qué te refieres? ¿Ataques, hackers…?

R.: A todo tipo de cosas. Ataque, hackers, robos…

P.: Nosotros compartimos un ciberataque en la última jornada electoral. Tumbaron la página de OKDIARIO, coincidiendo con los días clave de la campaña electoral.

R.: Luchar contra los recursos del Estado, controlados por un gobierno sociópata y liberticida como éste, tiene su coste, pero nosotros estamos dispuestos a asumirlo con todos los riesgos que ello conlleva.

P.: ¿El coste puede ser la ilegalización de Vox en un momento dado? Cuando escuchan ustedes que se liga el discurso de Vox al discurso del odio por parte del Gobierno y sus socios, ¿creen que todo esto, más allá del control a la prensa, puede terminar en razonar una ilegalización del partido?

R.: A mí no me cabe duda. Todos los pasos que van dando apuntan a esa dirección. Primero tipifican el delito de odio. El delito de odio va a acabar siendo cualquier cosa que no sea una expresión de amor. Lo que no sea amor, va a ser odio. La izquierda esto lo hace muy bien, primero crea el caldo de cultivo para luego legislar sobre eso sobre lo que han convencido. Han convencido a la sociedad de que cualquiera que critica al Gobierno tiene un discurso de odio. 

Cualquiera que ponga en solfa algunos de los mantras del progresismo o del globalismo, tiene un discurso de odio. Cualquiera que quiera reformar el Estado, tiene un discurso de odio. Cualquiera que quiera optimizar la manera en la que España se relaciones con otros países de la Unión Europea, tiene un discurso de odio. Cualquiera que piense que todos somos iguales ante la ley y deberíamos tener el mismo trato ante un juez está dando un discurso de odio contra las mujeres. Y así, sucesivamente.

Por lo tanto, primero está la generación de lo que ellos llaman discurso de odio. 

Después está la tipificación del discurso del odio como delito. Y eso lo estamos empezando a ver. El delito puede ser una interpretación libre de la historia, es decir, de la Ley de Memoria histórica y la que van a traer ahora de la Ley de Memoria Democrática, que es todavía menos democrática que la Ley de Memoria Histórica, establece una sola manera de interpretar la historia. Y ahora, el ministerio de la Verdad, establece una sola manera de interpretar la realidad actual. Por lo tanto, van abonando el campo para que cualquiera que discrepe, se pueda considerar que está cometiendo un delito de odio. Por lo tanto, tipificar el delito de odio como una de las causas para la disolución de la actividad política. Es obvio que hacia lo que están apuntando es hacia la ilegalización.

La ilegalización de Vox, por supuesto, pero también de cualquiera que discrepe demasiado de la única verdad oficial, que ese es el auténtico peligro. Que Vox aparezca o desaparezca es lo de menos, porque nosotros somos, poco más, que un instrumento al servicio de unas ideas.