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Así es el pueblo de Segovia en el que te sentirás como en Marte

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

La idea de colonizar Marte ha cautivado a la humanidad durante décadas, pero aún parece un sueño lejano. En España, existe una región que podría considerarse un «escenario piloto» para esta fantasía interplanetaria. En la zona baja de la sierra de Ayllón, en Segovia, se encuentran varios pueblos conocidos como Pueblos Rojos debido al color de sus calles y casas.

Al pasear por estos municipios, uno tiene la sensación de estar vivir en un perpetuo atardecer, especialmente en uno de ellos: Madriguera. Con una población de apenas 20 habitantes, su población experimenta un notable aumento lo fines de semana debido a su proximidad a Madrid y a la singularidad de su arquitectura, que atrae a numerosos visitantes deseosos de experimentar la sensación de caminar por un mundo de tonalidades rojizas.

Madriguera, el pueblo rojo de Segovia

El característico tono rojizo de Madriguera se debe a la composición ferruginosa de la piedra con la que fueron construidas sus casas, combinada con la arcilla presente en el suelo. La mayoría de estas viviendas, contruidas en el siglo XIX por los propios habitantes del pueblo, se componen de dos plantas y destacan por sus elaborados trabajos de rejería, atribuidos a un renombrado herrero local. Además del agua ferruginosa que fluye en sus cercanías, la zona alberga restos de una mina de arcilla blanca conocida como caolín, así como depósitos de grafito y pizarra.

Historia

Durante décadas, Madriguera floreció como un importante centro agrícola, ganadero y comercial, atrayendo a arrieros y comerciantes de toda la región. La compra y venta de animales, especialmente mulas y cerdos, era una actividad próspera que conectaba al pueblo con Castilla y León, Castilla-La Mancha y Extremadura.

Hasta los años 60, Madriguera ofrecía una amplia gama de servicios a sus habitantes y a los pueblos vecinos, desde atención médica y veterinaria hasta matadero, carnicería y ultramarinos. Además, el pueblo ofrecía entretenimiento con su casino y salón de baile, y era un punto de encuentro animado para la comunidad.

Lugares de interés

Pasear por las calles de Madriguera revela la autenticidad de su color rojo característico, confirmando la singularidad de esta localidad dentro de los Pueblos Rojos de la Sierra de Ayllón. Su entramado urbano es el verdadero protagonista, invitando a explorar cada rincón y descubrir su encanto único.

Las calles empedradas de Madriguera están bordeadas por casas que reflejan la historia y el carácter del pueblo. Algunas de ellas se mantienen impecables, mientras que otras muestran signos de deterioro, pero todas contribuyen a la atmósfera mágica de la localidad segoviana.

La construcción de las casas utiliza piedra ferruginosa y tierra arcillosa extraída de las canteras locales. Las estructuras más antiguas constan de una sola planta, mientras que las más recientes, cuyo origen se remonta a finales del siglo XIX y principios del XX, presentan dos plantas y una cámara adicional.

La Iglesia de San Pedro Apóstol destaca en Madriguera por su imponente tamaño, resultado de varias ampliaciones realizadas entre los siglos XVIII y XIX debido al crecimiento poblacional provocado por la bonanza económica del pueblo.

En su interior, se puede apreciar un suelo formado por enterramientos, reflejo de la antigua práctica de sepultar dentro de las iglesias. Algunas lápidas datan del siglo XVI, sugiriendo la posible presencia de obispos de la época.

Dentro de la iglesia, se encuentran varios altares dedicados a diferentes santos y vírgenes, entre los cuales destaca la imagen de San Pedro en el altar mayor. La cúpula y el techo están decorados con policromía, y hay varios frescos bíblicos adornando las paredes del templo.

Además, la iglesia alberga importantes piezas de orfebrería, como una cruz procesional del siglo XVII y una custodia de sol del siglo XVI, exhibidas en el museo parroquial de Riaza.

Por otro lado, en las afueras del pueblo se encuentra un antiguo lavadero restaurado, ejemplo de arquitectura tradicional y comunitaria, donde las lavanderas solían realizar sus tareas diarias junto al ganado.

Ruta del color en Segovia

En la provincia de Segovia, se encuentra una fascinante ruta que revela la diversidad geológica de la región a través de los Pueblos Rojos de arenisca ferruginosa, los Pueblos Negros de pizarra y los Pueblos Amarillos de cuarcita.

En los Pueblos Amarillos, como Martín Muñoz de Ayllón, la cuarcita se mezcla con otros materiales locales para crear una arquitectura única y pintoresca.

Mientras tanto, en los Pueblos Rojos como Madriguera, la tierra rica en compuestos férricos dota a las construcciones de un característico color rojizo, recordando la belleza de las arcillas y las arenas locales.

Por otro lado, los Pueblos Negros como Becerril, Serracín y El Muyo destacan por su arquitectura en pizarra, que confiere un aspecto singular y oscuro a sus edificaciones.

Cada uno de estos pueblos tiene su propia historia y encanto, desde las antiguas minas y iglesias románicas hasta los paisajes naturales que los rodean.