Lidia Falcón: «Sospecho que el lobby trans de las farmacéuticas paga y está detrás de Irene Montero»

La presidenta del Partido Feminista, Lidia Falcón, cree que detrás del «fanatismo» de Irene Montero por aprobar la llamada Ley Trans está el lobby trans «que mueve enormes intereses económicos en todo el mundo y presiona y paga a gobiernos». En HOY RESPONDE de OKDIARIO, Lidia Falcón ha dicho que «sospecho» que también al ministerio de Igualdad de Irene Montero «porque si no, no se entiende su fanatización». Y añade: «Espero que no me metan en la cárcel por esto». Lidia Falcón considera que las grandes farmacéuticas están detrás de este lobby internacional «porque es un enorme negocio hormonar durante 40 ó 50 años a una persona». «Convierten en enfermos crónicos a niños sanos», señala.

Cree que el proyecto de Podemos es especialmente grave en el tema de los niños. «Atenta a los derechos de la infancia». «¿Si un niño de 8 ó 9 años va a poder cambiar de sexo sólo con decirlo porque no les permitimos también votar o comprar una finca o viajar solos?». «Están dispuestos a mutilar a niños y niñas», concluye. Y, además, se muestra contraria a que, incluso, el consentimiento de los padres sea suficiente. Tiene que haber un tutelaje porque hay padres descerebrados como el de aquel niño de 9 años que llevaron vestido de niña al parlamento extremeño con un discurso preparado por ellos, deberían estar en la cárcel. Hablamos de cambios hormonales y operaciones brutales en niños muy pequeños, que dejan secuelas».

Para Lidia Falcón, la Ley Trans que pretende aprobar Podemos es una «barbaridad». «Elimina el proceso de dos años que un adulto ha de seguir con psicólogos, psiquiatras y endocrinos hasta poderse decidir el cambio en el Registro Civil». «Si usted se levanta un día y dice estoy cansado de ser hombre y ahora quiero ser María Rosa pues resulta que todo el mundo lo tiene que aceptar y ponerlo en el Registro Civil, el DNI, la entrada en los aseos de mujeres, en los deportes femeninos…».

«La Ley Trans pretende abolir la realidad». Irene Montero vive en una distopía. «Es como si a mí no me gusta tropezar y dicto que hay que cambiar la Ley de Gravitación Universal».