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Estreno en DMAX

‘Sofía y la vida real’: una docuserie sin brillo sobre los escándalos de la monarquía

Damx estrena en abierto Sofía y la vida real, docuserie que ya estaba en HBO Max, pero que, a partir del 10 de octubre, los espectadores pueden verla en abierto. Dirigida por David Trueba y Jordi Ferrerons, la serie, compuesta por cuatro capítulos, no consigue darle brillo a la Reina Sofía, ya que, al final, se trata de un producto demasiado encorsetado y clásico, basado casi exclusivamente en entrevistas con expertos o supuestos expertos (¿alguien podría explicar qué pinta ahí Ignacio Escobar si no es para alardear de su sectarismo?). No dice nada nuevo que no se pueda leer en un libro de Pilar Urbano (quien también aparece) aunque, obviamente, puede resultar morbosa sobre todo en los capítulos finales.

La Reina Sofía como protagonista

El punto de vista es la clave de la originalidad. Contar la historia desde otros ojos que no sean los del protagonista obvio siempre es agradecido. Por eso, las figuras consortes, los que están en la sombra y lo saben todo, pero callan siempre son motivadoras. Siempre queremos escuchar al que no habla. De ahí que la figura de la Reina Sofía, siempre al lado del rey emérito, tiene tanto interés. Tanto que ya le han dedicado decenas de biografías y especiales televisivos (e incluso una miniserie). ¿Necesitaba el personaje una gran serie documental? Obviamente, pero la que nos ocupa se queda, al final, en tierra de nadie.

David Trueba y su falta de riesgo

Sofía y la vida real, serie documental original de Warner Bros. Discovery (WBD) partía con cierto pedigrí por aquello de estar dirigida por David Trueba. Que un cineasta con su trayectoria quiera acercarse a la figura de la reina Sofía resultaba, como poco, curioso. El director de películas como Vivir es fácil con los ojos cerrados o Soldados de Salamina ya había probado la revisión histórica con Felipe 82 (documental sobre el expresidente del Gobierno Felipe González centrado en la llegada al poder del PSOE en 1982). Estos antecedentes pueden dar pistas de las intenciones ideológicas con las que Trueba se ha enfrentado a la figura de la que fue nuestra reina.

David Trueba.

El mismo Trueba ha declarado que «la monarquía española, y de alguna manera todas las casas reales europeas, se enfrenta a un ejercicio inédito de transición. Será una transición en todos los ámbitos de influencia y será además una transición en femenino. No existe ninguna receta ni ninguna predicción infalible para asomarse a su futuro. Por eso, una mirada abierta y desprejuiciada sobre el pasado reciente de la institución, centrada en una figura icónica como la de la reina Sofía nos puede ofrecer alguna pista sólida sobre el devenir de la institución».

Decenas de voces y opiniones

El problema de Sofía y la vida real es que no propone nada nuevo. La estrategia narrativa de entrevistar a medio centenar de personas en el mismo lugar y con planos casi idénticos, insertando imágenes de archivos (al principio, obviamente, muy escasas) y una banda sonora anodina, no hace sino crear una sensación de pereza en el espectador.

Pilar Urbano

Entre las figuras que narran la vida de la Reina Sofía desde su nacimiento hasta nuestros días hay un nutrido grupo de periodistas, historiadores y escritores expertos en Casa Real y en las actividades de los miembros de la familia real como Carmen Rigalt, Luis María Anson, Carmen Enríquez, Julián Casanova, Pilar Urbano, Ignacio Escolar, Ana Pardo de Vera, Ernesto Ekáizer, Verónica Fumanal, Jaime Peñafiel, J. A. Zarzalejos, Mábel Galaz, Fernando Garea, Victoria Prego, Carmen Gallardo o Mercedes Milá; personalidades del mundo de la política y del ámbito judicial como José Castro (juez instructor del caso Nóos), J.M. García-Margallo, José Bono, Iñaki Anasagasti, M. Teresa Fernández de la Vega o Ana Pastor; y personas del entorno de la Familia Real como Begoña Castiella, amiga personal de la Reina Sofía, o Carmen Iglesias, tutora académica del príncipe Felipe y de la infanta Cristina.

La serie ¿cuenta algo nuevo?

Cuatro capítulos para cubrir ocho décadas de la reina Sofía. Esa es la base de la serie; hacer una biografía del personaje pero sin guardarse ningún as en la manga. No hay un propósito narrativo original ni un propósito concreto. Se dan tantas opiniones y se escuchan tantas especulaciones que el espectador se pierde.

¿Se habla de las amantes del Rey Juan Carlos, de la relación con Letizia y demás escándalos de la Corona? Sí, pero no se descubre nada nuevo que no se supiera ya. Para alguien no muy informado puede resultarle de utilidad o de interés saber cómo Sofía vivió su infancia, cómo fue rechazada una vez llegó a España por el propio pueblo, cómo se ganó a la confianza de Franco, cómo aguantó estoica las infidelidades de su esposo, cómo quiso criar al actual Rey Felipe a su imagen y semejanza, cómo alentó a las infantas a casarse con plebeyos mientras que con Felipe se enfrentó cuando quiso comprometerse con una periodista divorciada. También se habla del caso Noós, de cómo ella vivió la abdicación del Rey Juan Carlos, de cómo (supuestamente) ella se enfrentó al escándalo de Corinna Larsen y cómo vive ahora mismo.

Un producto muy distinto a otros de temática parecida como el de Salvar al rey (HBO Max) donde sí se destapaban temas desconocidos. Al final, Sofía y la vida real no deja de alimentar la leyenda de una mujer de la que seguimos sabiendo poco. Seguimos sin escuchar la voz de los que no hablan.