Toros
Feria de San Isidro en Vistalegre

El Juli da una lección de toreo y corta dos orejas, Juan Ortega se lleva una y Morante se va de vacío

La penúltima de la feria llegó ayer con protagonistas y un prólogo de gran altura: Morante de la Puebla, El Juli y Juan Ortega frente a un encierro que no se quedó atrás como el de la ganadería de Garcigrande. A las siete de la tarde, puntuales como no cabe pensar de otra manera, comenzaba a recorrer los tendidos la pasión por una corrida en la que habrían de disfrutar unas tres mil personas.

Abrió el cartel Morante de la Puebla con extraordinarias verónicas. El astado de escasa fuerza fue de más a menos, impidiéndole realizar la faena al sevillano como pedía el público.

Lo que comenzó con cierta altura y que finalmente fue decayendo a medida que el animal corría por la arena, sirvió para que decidiese finalizar en cuanto salió el caballo. Tampoco tuvo suerte en los aceros ya que tras tres pinchazos remató con media estocada para ser silenciado.

El segundo toro del El Juli fue de la misma duración que el anterior. La imposibilidad de la faena se debió al justo trapío del animal por lo que El Juli tuvo que acelerar el pie y el paso. Pese a los constantes intentos del torero por sacarle su máximo partido fue inviable no poder disfrutar de las embestidas del astado. El torero ni pudo lucirse con el capote ni tampoco con la muleta. Tras varios pases desligados consiguió rematar con una gran estocada. También fue silenciado.

El tercero fue para Juan Ortega, y a quien recibió con empuje por medias verónicas y ajustado a tablas. Era la primera vez que toreaba en Vistalegre y también su primera vez ante un ejemplar de la ganadería salmantina. Muy despacio y acompasado formó el toreo labrando unos muletazos extraordinarios. Con gusto y suavidad aprovechó Juan Ortega para formar una de las mejores faenas de la feria. Marcó una serie de trincherillas arrastrando la capa por la arena realmente sensacionales. La faena fue enorme no pudiendo torear con más gusto y clase. Cuajó el animal de principio a fin, eso sí, la espada le jugó una mala pasada y, tras dos pinchazos, remató con una media estocada, por lo que se ganó una gran ovación del público quien le pidió una vuelta al ruedo.

El cuarto de la tarde le perteneció a Morante de la Puebla al que midió por medias en su comienzo. Al animal se le veía una entrega nula y a juzgar por sus gestos, algo tuvo que percibir Morante desde su salida del burladero. Tras intentarlo de todos modos tuvo que decidir abreviar con una estocada entera. Fue la peor tarde de Morante en esta feria de San Isidro tras tener muy pocas opciones. Silencio.

El Juli recibió el quinto de la tarde con el nombre “Tabernero” un animal al que El Juli saludó a la verónica. El astado era torerísimo el inicio de faena, hincando la rodilla totalmente en tierra y sacándose con gusto y de forma vertical al animal al centro del ruedo. Aprovechando la humillación del animal continuó El Juli haciendo el toreo en la primera serie por la mano diestra. A pesar de una caída del animal de Garcigrande y de algunos parones en algunos embroques pudo llevarlo a su terreno. De nuevo con la diestra remató el conjunto de una gran y decidida faena. Metió la espada un punto trasera pero entera y efectiva. Se ganó dos orejas.

Finalizó la tarde Juan Ortega brindando el sexto al periodista Juan del Val.
Un animal al que hizo de nuevo el toreo pausado, muy lento, en las dos primeras series por la derecha. La lentitud de movimientos y arte con la que Juan Ortega ejecutó el toreo en las siguientes series sólo están al alcance de pocos, fue espectacular. La espada no iba con la mano de su faena y le volvió a jugar una mala pasada. Tras rematar con un pinchazo fue premiado con una oreja.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Vistalegre. Penúltima de Feria. Corrida de toros. Unas 3.000 personas en los tendidos.
Toros de Garcigrande.
Morante de la Puebla, silencio y silencio.
El Juli, silencio y dos orejas.
Juan Ortega, vuelta al ruedo y oreja.