Apple y otras compañías combaten el “derecho a las reparaciones”
Si alguna vez has tenido un dispositivo como un smartphone o una tableta de Apple que reparar, seguro que ya sabes la gran diferencia de precio que puedes encontrar entre el servicio oficial del fabricante y las pequeñas tiendas de reparación de electrónica. Pues bien, Apple no sólo intenta por todos los medios que esas tiendas de reparación no tengan acceso a las piezas originales, ni a los manuales de reparación o las herramientas que disfrutan sus propios servicios oficiales sino que está tratando de combatir las leyes que se están introduciendo en EEUU y que protegen el “derecho a reparar”.
Estas leyes se han aprobado en estados como Nebraska y obligarían a Apple y otros fabricantes que se ha unido en contra de la norma a suministrar o facilitar el acceso a las piezas y a los manuales de reparación oficiales. Los grandes de la electrónica argumentan que las pequeñas tiendas tienen personal menos cualificado y usan piezas no originales que pueden resultar en el mal funcionamiento de los equipos; pero a nadie se le escapa que parte de de la responsabilidad está en ellas mismas al no facilitar el acceso a piezas y manuales.
Por otro lado, en algunos casos, como en el polémico Error 53 que dejaba inútiles los lectores de huella de los iPhone 5 reparados fuera de los servicios oficiales de Apple, el fabricante argumentaba una cuestión de seguridad. Sin embargo, si en este caso hubiesen sido públicos los manuales de reparación, seguramente las pequeñas tiendas habrían sabido que necesitaban hacer las reparaciones sin sustituir por completo el botón de home o al menos ser conscientes de que el lector iba a dejar de funcionar.
Como te puedes imaginar, detrás de la presión que están haciendo Apple y compañías como Verizon, Toyota, Lexmark, Caterpillar, Asurion, Medtronic y la Asociación de Tecnología de Consumo (que representa a diversos fabricantes) están los suculentos ingresos que las marcas obtienen por las reparaciones en sus servicios oficiales y sobre las que ejercen un monopolio evidente. Los usuarios saben que las pequeñas tiendas tienen peor acceso a componentes y al conocimiento necesario para realizar las reparaciones por lo que sólo acuden a ellas por la gran diferencia de precio o por la dificultad de acceso a un servicio oficial.
Precisamente, una de las claves por las que se han aprobado estas leyes tiene que ver con el hecho de que se trata de regiones de EEUU en las que tiene gran importancia la agricultura. En dichos estados, los granjeros o agricultores no pueden depender de los servicios oficiales ya que sus reparaciones pueden ser urgentes en determinados momentos, como en las cosechas, y no pueden esperar los plazos a menudo más largos de dichos servicios oficiales.
Sin embargo, como demuestran las muy numerosas tiendas independientes que hay por todo el mundo, reparar dispositivos como los iPhone no es imposible y la mayoría de ellas hacen un buen trabajo. Recientemente, por ejemplo, fue muy sonado el vídeo de un aficionado que consiguió fabricarse su propio iPhone comprando piezas sueltas en China, aunque evidentemente no fue una tarea sencilla como puedes entender.
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