Sucesos

El presunto asesino de Marta Calvo será investigado por 15 víctimas

Este miércoles se le comunicará que está investigado por 3 víctimas mortales y otras 12 agresiones sexuales

OKDIARIO ha tenido acceso a las imágenes y los testimonios del sumario

Justo cuando va a cumplirse un año de la desaparición de la joven valenciana Marta Calvo, su presunto asesino y descuartizador confeso se va a sentar de nuevo ante el juez. El juzgado de instrucción número 20 de Valencia ha citado este miércoles a Jorge Ignacio Palma para que asista a la vista de imputación en la que se le va a comunicar de manera formal que está siendo investigado y será juzgado por una serie de graves delitos.

El 7 de noviembre de 2019 la joven valenciana Marta Calvo desaparecía sin dejar rastro. Ahora, tres días antes del aniversario de su desaparición, el presunto responsable de su muerte se enfrentará a su imputación formal. Sin embargo, lo tremendamente noticioso es que este traficante de drogas de origen colombiano tendrá que responder por un total de 15 víctimas.

Durante un año de investigación se ha llegado a la conclusión de que existen indicios racionales de criminalidad suficientes para acusarlo de la muerte de Marta Calvo, las muertes de otras dos mujeres y las agresiones sexuales de al menos otras 11 víctimas más. Si todos estos datos se confirman nos encontramos sin duda ante uno de los mayores depredadores sexuales de los últimos años.

«Fiesta blanca»

Escena exterior del crimen.

La investigación no sólo ha demostrado que Jorge Ignacio practicaba el mismo modus operandi con todas sus víctimas, sino que lo hacía sabiendo que sus prácticas sexuales, usando grandes cantidades de cocaína, ya le había costado la vida al menos a dos mujeres. Después de contactar con ellas Jorge Ignacio siempre repetía el mismo ritual, bien en su casa bien en otros lugares. Entablaba una conversación agradable con las jóvenes, las hacía sentirse cómodas, les proponía sexo y luego les planteaba lo que se denomina «fiesta blanca», que no es otra cosa que largas sesiones de sexo aderezado con altas dosis de cocaína. A veces las jóvenes no accedían, pero la investigación ha determinado que cuando eso ocurría todas refieren una laguna mental tras la cual se descubrían desnudas junto a Jorge Ignacio en la cama sin recordar qué había sucedido. Los investigadores no descartan que el investigado usara sustancias sedantes para poder abusar de ellas.

Escena interior del crimen.

La investigación ha demostrado que Jorge Ignacio practicaba el mismo modus operandi con todas sus víctimas y que lo hacía sabiendo que sus prácticas sexuales, usando grandes cantidades de cocaína, ya le había costado la vida al menos a dos mujeres

Lo que Jorge les hacía cuando estaban inconscientes era introducir en sus partes íntimas piedras de cocaína para que sus organismos absorbiera de forma directa la sustancia. Una de las jóvenes declaró que tras uno de sus encuentros, y sin recordar qué había ocurrido, se marchó a la ducha y mientras se aseaba sintió un objeto extraño dentro de su cuerpo, en su vagina. Ella misma se extrajo una piedra de cocaína de considerables dimensiones. Esta víctima en cuestión tuvo suerte de contarlo. Los exámenes forenses de una de las víctimas mortales de Jorge Ignacio demostraron que en su cuerpo había 300 veces la dosis de cocaína que se considera letal. Pese a eso Jorge Ignacio siguió haciendo lo mismo con más chicas y lo hizo más veces. OKDIARIO ha tenido acceso a todos los documentos y fotografías de la investigación y de esa documentación destaca sobre el resto la declaración de una de las supervivientes de Jorge Ignacio. Para entender la crueldad con la que se conduce este sujeto es mejor respetar la textualidad de algunos pasajes relatados por esta chica de solo 31 años:

«El 30 de junio de 2019, a la una y media de la madrugada, recibí un mensaje por el chat de una plataforma que uso para citas. Quedé con el chico que me había escrito y me recogió media hora después en la discoteca en la que estaba con unos amigos y me llevó hasta su casa en la localidad de Manuel».
Esa es exactamente la misma casa desde la que Marta Calvo le mandó su ubicación a su madre antes de desaparecer para siempre. La misma casa en la que la Guardia Civil está convencida de que Jorge Ignacio manipuló el cadáver de Marta antes de hacerla desaparecer. Él dijo que la descuartizó y arrojó sus restos a diversos contenedores. Tras meses de búsqueda no se ha dado con un solo indicio que demuestre la veracidad de la versión de Jorge. Si avanzamos en el relato de una de las víctimas supervivientes se comprende mejor el grado de perversión del acusado.

Parte del sumario.

«Durante el trayecto en el coche fuimos charlando. Una conversación normal. Creo que me dijo que era fontanero o algo así. Al llegar a la casa entramos al salón y me enseñó una piedra blanca de grandes dimensiones. Me dijo que era cocaína y que si quería que hiciéramos una fiesta blanca. Él me untaría en cocaína y la esnifaría mientras manteníamos relaciones sexuales. Además, me pidió que le dejara introducirme dos bolas, una en el ano y otra en la vagina. Me negué. Él no puso inconveniente y me ofreció una copa de champan». Y después ni un solo recuerdo más hasta que en la ducha ella misma extrajo de su cuerpo la droga introducida en forma de piedras por Jorge Ignacio. Asustada llamó a una amiga, se excusó con su anfitrión y pudo salir de la casa.

Los investigadores creen que Marta Calvo repitió meses después la experiencia de esta víctima. Sin embargo, algo salió mal, muy mal, y Marta murió, o como consecuencia de las drogas administradas en dosis letales por Ignacio o en un arrebato de violencia del propio acusado. Sea lo que fuere algo terrible sucedió, tanto que aún hoy él no ha revelado detalles de lo sucedido antes de hacer desaparecer su cuerpo para siempre. Desde que fue detenido tras un mes fugado y previa conversación con su madre él siempre ha mantenido que Marta se le murió al lado mientras ambos dormían y que se asustó por lo que se deshizo del cadáver. Fuentes policiales aclaran a OKDIARIO que es una versión insostenible. «Si ocultas un cadáver no es por miedo, es por lo que ese cadáver pueda llegar a incriminarte». Esta mañana se lo volverán a preguntar. Veremos si derrota o mantiene una versión que nadie se cree.