Sucesos
ASESINATO EN MOCEJÓN (TOLEDO)

El perro de la Guardia Civil reconoció la camiseta que había usado el asesino de Mocejón para el crimen

"El perro reconoció la ropa y una toalla", admite el padre del presunto asesino de Mocejón

Dylan, el perro de la Guardia Civil amadrinado por Isabel Díaz Ayuso

El presunto asesino de Mocejón (Toledo) fue a refugiarse en casa de su abuela tras cometer el crimen y allí encontró el perro de la Guardia Civil la ropa que vistió cuando supuestamente apuñaló al pequeño Mateo, de 11 años. Fue el lunes, durante el registro de la casa de la abuela del presunto homicida. Entre la gran cantidad de ropa que la mujer guardaba de todos sus nietos, el can del Servicio Cinológico de la Guardia Civil reconoció la ropa de Juan, el presunto homicida. Dylan, el experto y famoso perro de la Guardia. Civil experto en detectar restos biológicos, se tumbó encima de la camiseta, de otra pieza de ropa y de una toalla pequeña. Los guardias se apresuraron a recoger todas las pruebas y enviarlas a analizar al laboratorio, donde también se estudia el cuchillo que han recogido este miércoles en un solar frente a la casa del padre del homicida.

La incautación de la ropa tuvo lugar en la tarde del lunes 19 de agosto, 30 horas después del crimen ejecutado en el polideportivo Ángel Tardío de la localidad toledana y tras la detención del presunto asesino en casa de su padre. Según el relato de los hechos que maneja la Guardia Civil, el domingo Juan mató a puñaladas al pequeño Mateo en el polideportivo y a continuación se marchó a pie dando un rodeo a paso tranquilo hasta la casa de su abuela. Allí se cambió de ropa y se duchó. Posteriormente, se dirigió a casa de su padre, con el que asistió a la misa dominical. El presunto asesino mostró evidentes señales de nerviosismo y una conducta alterada.

El propio padre del homicida lo ha admitido en público: «Éste bien o mal Juan, su abuela siempre le cambia la ropa. Tiene mucha ropa de los nietos y de los sobrinos, y siempre le cambia la ropa». La investigación aclarará qué pasó con la vestimenta que llevaba Juan durante el homicidio y que, a la fuerza, tuvo que mancharse con gran cantidad de sangre tras asestarle a la víctima más de 10 puñaladas. La investigación determinará si la ropa fue lavada o no por la abuela. «Yo fui el último en enterarme de todo, como los hombres cornudos», ha manifestado el padre del presunto homicida.

La sombra del encubrimiento

Aún restan por aclarar muchos flecos del asesinato del pequeño Mateo y uno de ellos sobresale sobre los demás: qué hizo el presunto asesino durante el tiempo que pasó en casa de su abuela, inmediatamente después del crimen.

El letrado penalista Alfredo Arrién de Paredes Abogados no pierde de vista el papel que han podido desempeñar algunos de los familiares del detenido por el crimen. El encubrimiento «es un delito castigado con hasta tres años de cárcel, pero ciertas personas estarían exentas», señala el experto. Por ejemplo, «el padre del presunto homicida lo estaría, pero la cobertura legal no llega a la abuela del asesino. Ella podría ser investigada por un presunto delito de encubrimiento en el caso de que hubiera manipulado intencionadamente la ropa de su nieto para ocultar las pruebas o simplemente si hubiera decidido callar a pesar de conocer los hechos», puntualiza el letrado. «Hay una excepción si es menor o está discapacitado o tutelado, pero en este caso no sabemos aún quién ejerce la tutela», añade.

Discapacidad intelectual del 77%

La cuestión principal, una vez detenido el presunto culpable, sería, según los expertos, determinar hasta qué punto es responsable de los hechos si el joven padece una discapacidad intelectual del 77%, como atestigua el historial que la familia del arrestado ha entregado a los investigadores. No es tan sencillo como parece a priori, ya que se trata de un arma de doble filo.

El abogado Arrién, advierte que si la familia del presunto homicida presenta una serie de informes para respaldar su falta de responsabilidad debido a su discapacidad intelectual, el tribunal consideraría que sus tutores son quienes deberán costear la indemnización a la familia de la víctima. «Si el discapacitado está tutelado por sus padres, la responsabilidad civil caería directamente sobre ellos», añade.

A todo esto se enfrenta el Juzgado de Instrucción número 3 de Toledo desde su posición de director de la investigación del crimen del pequeño Mateo. El primer escenario que se presenta en las próximas horas será la puesta a disposición del detenido, que tendrá lugar el jueves 22 de agosto. Entonces, el juez tendrá que decidir sobre el futuro de Juan, el presunto homicida de 20 años de Mocejón.