Sucesos
DESAPARECIDA EN VALLADOLID

Investigan una parada previa de Esther y sus amigos entre Traspinedo y el lugar donde desapareció

Los hombres que se fueron del último bar con la mujer desaparecida dijeron haber ido cerca de donde se le pierde la pista, pero los agentes saben que hubo otro lugar antes

Los tres hombres que viven en la ‘zona caliente’ de la desaparición de Valladolid son claves en el caso

La desaparecida de Traspinedo se conectó a las 5:40 de la madrugada y 10 minutos después se esfumó

  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Óscar, Carlos y Esther, y en algún momento es posible que Ramón, alias El Manitas. Estas son las piezas que sobre la mesa tienen los investigadores de la desaparición de la joven de 35 años en Traspinedo, y el tablero es el mapa de un pueblo de 1.100 habitantes y sus alrededores. Todo está cerca, por eso, cualquier espacio temporal o geográfico puede marcar la diferencia para encontrar o no la mujer desaparecida. Ahora los investigadores saben que los dos hombres que la acompañaban cuando salieron de madrugada del bar El Castillo no fueron con ella directamente ni al restaurante La Maña, lugar junto al que reside uno de ellos, ni al lado de la casa del otro y de Ramón, el primer detenido. Antes, el monovolumen gris hizo otra parada, dentro de Traspinedo. Lo que allí sucedió puede reorientar la investigación.

Al día siguiente de la desaparición de Esther la información era esta: la joven y sus amigos salen del último bar a las 02:30, circulan apenas cinco kilómetros para dejar a uno de ellos en su casa, luego menos de un kilómetro más, el conductor deja a Esther en la carretera cerca de la casa de El Manitas y después nada más, silencio. Si esto fue así, ¿Esther estuvo desde antes de las 3 de la madrugada hasta poco antes de las 6 en la zona de la desaparición tal y como marca la señal de su teléfono móvil sola en las inmediaciones de esa carretera? Los investigadores no lo creen y van atando cabos.

Para empezar, Óscar, el conductor del vehículo en el que subió Esther aquella noche, pagó las consumiciones en el bar El Castillo, muy cerca del centro de la localidad, al lado del ayuntamiento, con tarjeta de crédito. Ese registro ha dejado muy a las claras a los agentes la hora de «salida» del coche que buscan en las cámaras a las que han tenido acceso, pocas, por ser zona rural, pero en sitios muy convenientes para el caso.

Si Óscar, Carlos y Esther salieron a una hora «X» de El Castillo y fueron al restaurante La Maña, las cámaras de tráfico de la rotonda frente al local y las propias cámaras aportadas por los dueños del establecimiento, quienes están colaborando plenamente con los investigadores, deberían captar ese coche a una hora determinada. Si no, es que ha habido una parada anterior, y eso es lo que la Guardia Civil ya sabe: que ese coche con Esther y sus amigos estuvo en otro lugar de Traspinedo antes de llegar al punto de la desaparición.

A 1 kilómetro de la casa de Esther

La información a la que ha tenido acceso OKDIARIO es que los agentes saben que el lugar en cuestión estaría a menos de un kilómetro de la casa de Esther, que está muy cerca del mismo centro del pueblo. Lo importante es que ese lugar se encuentra en dirección totalmente opuesta a la ruta que debe seguirse para llegar allí donde Óscar dice haber dejado a Esther. Otro detalle. Esther el día de su desaparición estuvo en un bar, en casa de un amigo, y en otro bar, del que salió antes de esfumarse.

Pues bien, el lugar de Traspinedo en el que el coche con ella dentro se detuvo no era un lugar abierto al público a esas horas de la madrugada, así que lo que hicieran allí cuando llegaron ocurrió o dentro del coche o a la intemperie. El sitio no está frecuentado en esta época del año y mucho menos en plena madrugada del mes de enero.

Los investigadores creen que esa parada marca el resto de la noche, por eso ahora los esfuerzos se centran en el estudio de los terminales telefónicos. Primero los que están disponibles, o sea, los de Óscar, Carlos y Ramón. Éste último puso ciertas reticencias a entregarlo, pero hasta donde sabe este periódico puede que sus objeciones estuvieran basadas en otros asuntos no muy trasparentes, pero no directamente relacionados con la desaparición de la joven.

Esos teléfonos sí pueden ofrecer a los investigadores una versión digital y objetiva sobre dónde estaban la madrugada del 12 de enero sus propietarios si ellos los llevaban encima. Con el de Esther por el momento sólo pueden trabajar clonando la línea y entrando en los datos que el aparato lanzara fuera del terminal, o sea, a la nube.

Ese teléfono estuvo operativo hasta las 05:40 de la madrugada, casi 10 horas después de haber salido de su casa Esther. Si en ese tiempo el aparato hizo automáticamente un volcado de datos, una copia de seguridad, o una actualización pueden encontrarse los metadatos que, entre otras cosas, te ofrezca donde estaba ese teléfono.

Con esos datos negro sobre blanco, con lo que digan todos los teléfonos, la investigación de la desaparición de Esther entrará en una fase crucial para dar con ella y para las últimas personas que la vieron con vida.