Sucesos

El asesino de Ciudad Lineal se tatuó el nombre de su víctima después de matarla

El asesinato de Esther Escobar a manos de Antonio Leal el pasado 26 de febrero en el barrio madrileño de Ciudad Lineal fue el punto final de una historia de obsesión machista que no acabó con el asesinato de la víctima de un tiro en la sien. Tras huir a la carrera del escenario del crimen, lo primero que hizo el asesino fue tatuarse en la mano el nombre de la víctima.

Así lo encontraron los policías locales de Albacete a los que se entregó Antonio cinco días después, tal y como figura en el sumario del caso al que ha tenido acceso OKDIARIO. Fue el día 1 de marzo sobre las 23:45 cuando Antonio se acercó a los policías que patrullaban la Avenida de España de Albacete manos en alto y chillando que se quería entregar. Al preguntarle los policías el motivo Antonio contestó “porque he matado a una mujer, a Esther Escobar, y me están buscando en Madrid…la he matado porque estoy harto de que tenga sexo con otros”.

Los policías le detuvieron de inmediato al confirmar que tenía una orden pendiente de búsqueda de los especialistas de homicidios de Madrid,  y tras registrar su vehículo descubrieron que escondía dos pistolas con cachas nacaradas y cajas de munición. La desagradable sorpresa llegó cuando en el momento de tomarle declaración los policías observaron un tatuaje muy reciente en la mano con el nombre Esther que no tenía más de solo unos días de antigüedad.

Hasta ahí llegó la obsesión de Antonio, obcecado con tener una relación estable con Ester desde que la conoció en agosto de 2019. Ella nunca quiso  pasar de encuentros esporádicos con él, pero él la acechaba a la salida del trabajo. Con cada negativa por parte de Esther, más insistía Antonio. El hombre llegó a localizar a la familia de Esther en las redes sociales y comenzó a intentar relacionarse con ellos. Invitaciones a cenar, regalos, y dinero para Esther, esa era la forma de Antonio para hacerse querer.

Sin embargo, tras cada entrega de dinero, llegaba la exigencia de que dejara de tener encuentros con otras personas. Antonio no sólo presionaba a Esther, también enviaba extensos mensajes de whatsapp a sus hermanas que regentaban una tienda de arreglos en el barrio. Mensajes del asesino antes de cometer el crimen,  como éste que publicamos en OKDIARIO y que envió a una de las hermas de la víctima. En estos mensajes Antonio describía como intentaba encontrarse con Esther a toda costa y se mostraba decepcionado con la mujer.

Pasado un tiempo Antonio no se conformó con enviar mensajes de queja a todos lo contactos de Esther, según los testigos su conducta se agravó llegando a amenazar de muerte a Esther con una pistola si no mantenían una relación estable. Después se arrepentía y le pedía perdón. Así, hasta el pasado 26 de febrero, cuando le pegó un tiro en la sien a Esther en medio de la calle Virgen de los Reyes de Madrid. Ahora espera en prisión provisional que la instrucción de su caso se reanude tras los meses de confinamiento por el coronavirus.

Juan Manuel Medina, el abogado de la familia de la víctima, pedirá la máxima pena por asesinato con alevosía y no descarta solicitar la aplicación del agravante de género lo que supondría una condena superior a los 25 años de cárcel.