Sociedad

Los vecinos de Sant Llorenç: «No se ha salvado nada, lo hemos perdido todo»

Los testigos de las inundaciones coinciden en señalar la rapidez con la que creció el nivel del agua.

La fuerza con la que bajaba el agua llegó a romper cristales de las viviendas.

Varios vecinos de Sant Llorenç des Cardassar han afirmado este miércoles que «no se ha salvado nada» en sus viviendas debido a las inundaciones de este martes y que lo han «perdido todo» tras las lluvias. Los residentes en el municipio llevan desde primera hora de la mañana limpiando el barro de las casas y sacando muebles y electrodomésticos a la calle, donde trabajan camiones y excavadoras recogiendo los escombros.

Los testigos de las inundaciones coinciden en señalar la rapidez con la que creció el nivel del agua, que rompió los cristales de las ventanas, y sostienen que temieron por su integridad física. «Los coches flotaban por la calle», han enfatizado.

Un hombre que vive cerca del torrente ha narrado a Europa Press que en su casa el nivel del agua alcanzó más de un metro y medio de altura. En el momento de la riada, él y su hijo se subieron al tejado junto a unos desconocidos que iban con dos niñas, y allí esperaron bajo la lluvia a que pasara la tormenta. Este hombre cifra entre 35.000 y 40.000 euros los daños a su vivienda.

Otra vecina ha explicado que la inundación comenzó pasadas las 18.00 horas, después de que lloviera durante toda la tarde. «Empezó a entrar agua de color marrón hacia la casa. En menos de un minuto ya te llegaba hasta la rodilla», ha contado.

Esta mujer ha indicado que ella y su familia han pasado la noche en el piso de arriba, y que al bajar esta mañana todavía quedaban unos diez centímetros de agua. «De dentro no se ha salvado nada», ha lamentado.

Ante la vivienda de esta vecina se encontraban los restos de un coche completamente destrozado, que sin embargo, no es el suyo. «El mío no sé donde está», ha comentado la mujer, que había aparcado su vehículo en la calle. Hasta el municipio también se han desplazado amigos y familiares de los residentes para ayudar con las tareas de limpieza y tratar de «salvar» algunos bienes.