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Toda la verdad de Ana María Aldón sobre la paternidad con Ortega Cano: «Me sentía como una…»

"No hay una humillación más grande para una mujer", ha declarado Ana María Aldón

La diseñadora ha regresado a los platós de televisión y ha hablado de sus últimas polémicas

Ana María Aldón fue acusada de haber mentido en un tema muy importante y personal

Ana María Aldón ha vuelto a ponerse frente a las cámaras para abordar uno de los episodios más delicados de su vida personal: su relación con José Ortega Cano. En una intervención que se ha tenido lugar en el programa Fiesta, la diseñadora ofreció un testimonio que ha provocado una fuerte reacción tanto entre la audiencia como en los medios.

Por primera vez, se ha referido sin rodeos al impacto que tuvo en su vida la maternidad con el torero, el deterioro de su matrimonio y las secuelas emocionales que arrastra de aquella etapa. Sus palabras, pronunciadas desde un lugar de dolor ya asumido, han servido para arrojar luz sobre todo lo que nunca se vio desde fuera. «No hay una humillación más grande para una mujer, me sentía como una prostituta», ha empezado diciendo. Esa afirmación fue suficiente para entender que lo vivido fue mucho más que una crisis matrimonial: fue algo que le dejó profundamente marcada y que aún hoy le acompaña. La sensación de pérdida de dignidad, la percepción de no tener el respeto de su familia política marcaron un antes y un después.

El embarazo de Ana María llegó cuando apenas llevaba tres meses de relación con Ortega Cano. Fue un momento inesperado para ella, que no había contemplado la idea de ser madre nuevamente en esas circunstancias. A pesar de que sabía que él deseaba tener otro hijo, no pensaba que ese deseo pudiera concretarse con tanta rapidez, sobre todo porque consideraba que su situación personal no era la más adecuada para afrontar una paternidad. Según ha contado en el espacio capitaneado por Emma Garcia, lo que ocurrió no respondía a una decisión conjunta ni a un plan de vida compartido, sino a un impulso que no llegó en el mejor contexto. Mientras el entorno del torero atravesaba ya entonces ciertas tensiones y problemas que saldrían a la luz más adelante, ella se vio arrastrada por una dinámica que no terminaba de controlar.

La separación de Ana María Aldón

La diseñadora ha explicado el progresivo desgaste de una relación que, según confesó, ya mostraba grietas importantes cuando llegó su hijo al mundo. Reconoció que el clima dentro del hogar no era el mejor y que la convivencia se vio afectada por episodios de tensión que acabaron afectándola profundamente. «Ya había problemas y la familia estaba preocupada», afirmó, apuntando de forma clara a la presencia de dificultades que iban más allá de las discusiones domésticas. Con el tiempo, aquella atmósfera se fue volviendo más pesada, especialmente cuando Ortega Cano tuvo que afrontar procesos judiciales que terminaron por generar una presión mediática insoportable. Aquel periodo fue vivido por ella con angustia y una creciente sensación de aislamiento, que fue minando su bienestar.

José Ortega Cano en una plaza de toros. (Foto: Gtres)

A pesar de todo lo sufrido, la diseñadora asegura que no se dio por vencida sin antes intentar salvar lo que tenía. Durante años luchó por mantener la unidad familiar, por proteger el entorno que habían construido juntos y por sostener una estabilidad emocional que cada vez era más difícil de alcanzar. Promete que intentó pelear por su matrimonio. El problema es que no recibió lo mismo por parte de su ex, la lucha fue desigual. A medida que el vínculo se deterioraba, también lo hacía su salud emocional. Y aunque intentó mantenerse firme por el bienestar de su hijo, llegó un momento en el que continuar significaba traicionarse a sí misma.

La guerra con Gloria Camila

El testimonio de Ana María llega, además, en un momento especialmente mediático para la familia de Ortega Cano. En el mismo programa donde ella decidió hablar, también apareció Gloria Camila, la hija del torero, que llevaba años sin pronunciarse públicamente. Su intervención estuvo centrada en los problemas familiares que la han afectado, así como en su propio proceso personal para afrontar cuestiones de salud mental. La joven también dedicó unas palabras cargadas de cariño a su hermano José Fernando, a quien definió como alguien con un gran corazón y mejores cualidades que las suyas. Este inesperado reencuentro mediático de dos figuras tan distintas pero unidas por una historia común ha devuelto el foco a una familia marcada por los conflictos, las heridas sin cerrar y las diferencias que siguen vigentes.

Lejos de buscar polémica, el testimonio de Aldón parece haber sido una forma de cerrar etapas. Su relato no solo aporta nuevos detalles sobre una relación muy mediática, sino que también visibiliza el dolor que muchas mujeres viven en silencio dentro de sus propias casas. Con cada palabra, dejó claro que su intención no era la revancha, sino la necesidad de contar su verdad sin filtros ni eufemismos. Una verdad dolorosa, íntima y mediática que ha estado en boca de todos durante mucho tiempo.