Sociedad

Siete joyas naturales y culturales en peligro por el cambio climático

Venecia

Venecia se sumerge en la laguna unos 10 centímetros cada siglo por el aumento del nivel del mar «a causa de la propagación del delta y la compresión de los sedimentos», según la Unesco. En el siglo XX, Venecia perdió de 10 a 13 centímetros más por las industrias que extraían agua del subsuelo. Junto a ello, el calentamiento global «conduce a un aumento neto del nivel del mar en Venecia», apunta este organismo de Naciones Unidas. En base a un escenario de cambio climático moderado, «el hundimiento neto de Venecia podría alcanzar 54 centímetros de aquí a 2100» y «si no se hace nada, podría inundarse diariamente». La subida de los océanos representa especialmente una amenaza para islas, deltas, marismas y estuarios, según los científicos.

Gran Barrera de Coral. (Foto: AFP)

Gran Barrera de Coral

El calentamiento climático está es uno de los principales peligros para la Gran Barrera de Coral, que se extiende a lo largo de 2.300 km frente a la costa noreste de Australia y alberga miles de especies de peces y otros organismos. El enclave es sensible a varias amenazas vinculadas a la desregulación climática: aumento del nivel del mar, calentamiento, tormentas, precipitaciones, acidificación del agua… El alza de las temperaturas provoca un fenómeno de debilitamiento de los corales, que se traduce por una pérdida de color y menores aportes nutritivos que pueden provocar su muerte.

Mar de hielo. (Foto: AFP)

Mar de Hielo

El Mar de Hielo, el mayor glaciar francés con sus 32 km2 situados en el Mont-Blanc, perdió 3,61 metros de espesor entre octubre de 2014 y octubre de 2015, es decir tres veces más que un año ordinario. Desde hace 30 años, pierde de media un metro de espesor cada año a causa del calentamiento global. Sólo en 1995 y en 2001 ganó algunos centímetros. «Si tomamos un escenario climático medio, los glaciares que culminan por debajo de los 3.500 metros debería desaparecer antes de 2100», advierte Christian Vincent, investigador en el Laboratorio de Glaciología y Geofísica del Medio Ambiente.

Machu Picchu. (Foto: AFP)

Machu Picchu

Desde hace dos años, las autoridades peruanas vigilan los eventuales efectos del cambio climático en el enclave arqueológico inca del Machu Picchu. Lima sigue en particular el glaciar Salcantaye, situado en los Andes y en pleno derretimiento. Este fenómeno podría modificar el abastecimiento de agua y tener consecuencias en algunas especies animales y vegetales presentes alrededor de las ruinas, la mayoría de las cuales están en peligro de extinción, según el servicio nacional de meteorología e hidrología de Perú (Senamhi). El calentamiento podría traducirse por sequías susceptibles de provocar incendios de bosques, que podrían afectar a las ruinas, o fuertes precipitaciones que podrían suscitar aludes e inundaciones y dañar también el enclave, según varios expertos.

Parque Nacional del Kilimanjaro. (Foto: Getty)

Parque Nacional del Kilimanjaro

Los glaciares del Kilimanjaro, la montaña más alta de África (5.895 metros), en Tanzania, existen desde hace más de 10.000 años. Pero durante el siglo XX, perdieron un 80% de su superficie «a causa del efecto combinado del cambio climático y de la modificación de las prácticas locales, entre ellas los cambios en la ocupación de suelos», según la Unesco. «Si las tendencias no se modifican, la capa de hielo del Kilimanjaro podría desaparecer en menos de 15 años», a razón de «casi 50 centímetros de espesor cada año», añade el organismo.

Monte Fuji. (Foto: AFP)

Monte Fuji

El calentamiento global ha sido señalado como posible causante del derretimiento de la capa de hielo permanente en el monte Fuji, la mayor montaña japonesa (3.776 metros). Las zonas de este permafrost se encuentran a una altura de entre 3.500 y 3.700 metros, en un momento de aumento de la temperatura alrededor de la celebre montaña, según un estudio llevado a cabo durante varios años por el profesor Takehiro Masuza y publicado en 2011. En 1976, el límite de la capa de hielo permanente era de 3.200 metros.

Saint-Louis. (Foto: Wikimedia)

Saint-Louis de Senegal

En Saint-Louis de Senegal, primera ciudad fundada por los franceses en África subsahariana en 1659, el aumento de los océanos y del agua del río Senegal, a causa del aumento de las lluvias estacionales, amenazan a casi 120.000 personas. Estos cambios «están en parte vinculados al cambio climático», pero las consecuencias se agravaron porque «las poblaciones acondicionaron mal su espacio de hábitat», en zonas inundables, según un geólogo especializado en la lucha contra la erosión del litoral, Pape Goumbo Lô.