Sociedad
ESCULTURA EN MEMORIA DEL PERIODISTA

San Juan del Puerto no olvida al ‘loco’ más cuerdo: un imponente monumento recuerda a Jesús Quintero

Jesús Quintero no necesita presentación. Nació en San Juan del Puerto, un precioso pueblo de Huelva al que siempre llevó en su corazón, y al que quiso regresar al final de su vida para pasear por esas calles de casas encaladas por las que corría siendo un chiquillo, rodeándose de sus paisanos, siempre amables y atentos.

Su forma inédita de entrevistar, con esos largos silencios que invitaban al entrevistado a contar «algo más», tiene su origen, según el propio Quintero, en el entorno de su niñez: «Nací muy cerca de una familia de cantaores de mi pueblo, por eso creo que mi sentido del ritmo al hablar, mis silencios, vienen de ese compás del jondo, de ese sentido de la cadencia».

Un estilo propio que fue imitado por innumerables presentadores, que lo aplicaron a programas posteriores que seguro están en la memoria de todos, pero nunca superaron al maestro. El sanjuanero era y será un grande entre grandes, tan sólo unos pocos pueden decir que fueron leyenda viva y él se encontraba en ese escaso grupo.

Quintero, de forma altruista, donó a su pueblo, y a su gente, toda su obra. En palabras de Rocío Cárdenas, alcaldesa de San Juan, «aquí trajo su último gran proyecto que desde el ayuntamiento vamos a mantener y potenciar: su legado nos lo dejó como un gran tesoro».

Así nace la Fundación Jesús Quintero, o la Factoría del Arte, como él prefería llamarla, el proyecto al que dedicó sus últimos cinco años de vida. Dejó un depósito de 10.000 horas de radio y televisión y 5.000 entrevistas, guardadas en la Fundación. Tal y como señala Juan Martínez, concejal de Cultura del municipio, esa documentación ha sido totalmente digitalizada durante tres años de arduo trabajo para preservar el patrimonio aportado por uno de los mejores comunicadores de España. Asimismo, el presentador dejó las mesas que aparecen en sus entrevistas, su famoso micrófono, la de grabación y demás enseres personales, entre los que se encuentra una extensa biblioteca de más de 700 volúmenes a disposición del público en general.

Con todo ello se pretende crear un museo moderno e interactivo para futuras generaciones de comunicadores, en el que se lleve a cabo el último sueño de Quintero, quien supervisó y aportó sus propias ideas a ese proyecto en el que pretendía «un lugar donde la globalización y la tecnología de última generación convivan con nuestras raíces más profundas». La previsión es que pronto se pueda visitar tan magnífica propuesta y que todos puedan disfrutar de este importante legado.

Su muerte y su leyenda

Su pueblo, orgulloso y agradecido con uno de sus hijos predilectos, quiso honrar la memoria de quien, de forma generosa y altruista, tanto les había aportado. Un año después es inaugurada una escultura en su honor. En una placa ubicada junto a ella se puede leer: «La Villa de San Juan del Puerto, representada por su Ayuntamiento, dedica este monumento a Jesús Quintero, Hijo Predilecto del municipio y reconocido comunicador de radio y televisión, con motivo del primer aniversario de su fallecimiento».

Todos en el pueblo animan a ir a conocer el monumento. Por ejemplo lo hacen dos trabajadoras del hostal Toscano, Luisa e Inés, que cuentan entusiasmadas lo realista que es la figura de Quintero y que todos, aseguran, quedan sorprendidos gratamente al contemplar el monumento, una portentosa obra del escultor Elías Rodríguez Picón, situada sobre la tumba que guarda los restos de Quintero en el cementerio municipal.

Se trata de una escultura realizada en bronce y a tamaño natural de un sorprendente y notable realismo. En ella podemos apreciar a un Jesús Quintero sentado ante su mesa realizando uno de sus tantos programas, en actitud relajada y distendida.

La figura está rodeada de múltiples detalles por los que fue conocido. Así encontramos su icónico micrófono; un conjunto de libros sobre los que no podían faltar unos pequeños ratones coloraos; y una nota manuscrita, firmada por él, en la que se puede leer: «A mis queridos hijos de puta», y es que tal y como reza el dicho «genio y figura hasta la sepultura». Quintero aparece sentado, como no podía ser menos, sobre un cojín arrugao, con botas y pantalón doblado, en una de ellas los cordones desatados y, haciendo un guiño su autor sobre el protagonista, aparece la frase «porque soy un loco libre».

Qué mejor que unos versos de otro ilustre de Huelva como fue Juan Ramón Jiménez para despedir a esta gran figura: «¿Que me vas a doler, muerte? ¿Es que no duele la vida?».

Tal y como aparece recogido en su monumento: «Aquí sigue Jesús Quintero, el Loco de la Colina».