Sociedad

Kevin Spacey era inocente: un jurado de Nueva York desestima la acusación de agresión sexual

Finalmente, Kevin Spacey (Nueva Jersey, 1959) era inocente. Después de que la inquisición moral haya hundido su carrera como actor y enfangado su imagen pública, un jurado ha desestimado la demanda contra él por agresión sexual. Las doce personas encargadas de resolver sobre la acusación civil del también actor Anthony Rapp contra el protagonista de, entre otras, House of Cards, la han desestimado. Spacey era acusado de una agresión sexual supuestamente ocurrida hace 36 años y por la cual se le reclamaban 40 millones de dólares en concepto de «angustia emocional».

El tribunal federal del distrito sur de Manhattan handeclarado al «acusado no culpable». El jurado, integrado por 12 personas -seis mujeres y seis hombres- debía responder a un cuestionario de ocho preguntas presentado por el juez instructor del caso, Lewis Kaplan, al término casi dos semanas de juicio.

Una respuesta negativa a la primera pregunta -si consideraban que el demandante tenía «evidencia probada» de que el ganador de dos Oscars había tocado «sus partes sexuales o íntimas» hace 36 años cuando era menor de edad, hizo innecesaria la contestación de las restantes interrogantes, que incluían también una estimación económica de los daños sufridos por aquel hecho.

Rapp, de 50 años, aseguró en la denuncia que presentó ante la justicia neoyorquina en septiembre de 2020, que Spacey, actualmente de 63 años pero que en aquel entonces tenía 26, lo invitó a una fiesta en su estudio de Manhattan y cuando se fueron todos intentó agredirle sexualmente.

Los respectivos equipos de abogados se emplearon a fondo para demostrar o desmontar que aquel supuesto acto realmente ocurrió y que dejó secuelas psicológicas al protagonista de Star Trek: Discovery.

El juez desestimó en junio el cargo de «agresión sexual» debido a hechos considerados prescritos y que no están contemplados por la Ley de Protección Infantil de Nueva York de 2019, mientras que el pasado lunes descartó a pedido de la defensa la existencia de intencionalidad con fines «de gratificación sexual».