Interdependencia entre salud humana, animal y ambiental: un enfoque de 180º para luchar contra futuras epidemias

Interdependencia entre salud humana, animal y ambiental: un enfoque de 180º para luchar contra futuras epidemias

La pandemia nos ha dado una llamada de atención para que, en la medida de lo posible, caminemos hacia un mundo más sostenible y respetuoso con la naturaleza. Debemos tener en cuenta, y el Covid-19 nos lo ha recordado, que los humanos somos la especie animal más susceptible para volver a sufrir en el futuro una pandemia como la vivida. Además, los 8.000 millones de personas que habitamos el planeta constituimos la principal diana para los patógenos.

Pero, a todo ello, también debemos sumar que nos movemos en un mundo absolutamente globalizado, hiperconectado, afectado por una crisis climática que impacta de lleno en la biodiversidad, los hábitats naturales y, por ende, también sobre nuestra salud porque reduce los recursos naturales que necesitamos para vivir y sobrevivir.

En este sentido, la profesora asociada y Royal Society Dorothy Hodgkin Fellow de la London School of Hygiene and Tropical Medicine, Rachel Lowe, ha explicado que «todo esto eleva el riesgo de que se produzcan nuevos brotes de enfermedades infecciosas que pueden volver a generar epidemias como la que estamos viviendo».

Así lo ha explicado la experta en el marco de la conferencia CaixaResearch Pandemias: superando la Covid-19 y preparándonos para el futuro impulsada por la Fundación ”la Caixa” y Biocat, quien ha añadido, además, que si queremos prevenirlas y estar mejor preparados para afrontar futuras pandemias, «no podemos seguir pensando sólo en clave de salud humana, como si estuviera aislada, sino que debemos adoptar un enfoque holístico y comenzar a considerarla en relación con la salud animal y ambiental».

«No podemos seguir pensando sólo en clave de salud humana»

Epidemias anteriores recientes, como el Covid-19, la gripe aviar o el ébola, ya pusieron de manifiesto que estaban aumentando las condiciones necesarias para que patógenos de la vida salvaje pudieran saltar a los humanos. Digamos que, de alguna manera, se estaban derrumbando las barreras protectoras entre lo salvaje y lo humano permitiendo la proliferación de enfermedades nuevas o desconocidas. Por ello, los expertos abogan por la perspectiva: One Health, es decir, un enfoque transdisciplinar de «una sola salud» para frenarlas.

De todos modos, a pesar de los esfuerzos y recursos para tratar de identificar patógenos emergentes con potencial pandémico en las últimas décadas, ha quedado patente que toda inversión no ha sido fructífera porque no se han implementado las medidas necesarias para afrontar nuevas amenazas sanitarias.

«Ha habido falta de inversión en salud pública o sistemas de vigilancia epidemiológica»

Por su parte, Carolyn Reynolds, desde Pandemic Action Network, ha defendido que ha habido una falta de inversión «en salud pública, en sistemas de vigilancia epidemiológica que deben estar alineados para que puedan disparar alertas. Así como en infraestructuras, en educación, en comunicación para combatir la desinformación y en dotar a los países, tanto de rentas bajas como altas, de capacidad para contener nuevos brotes».

Julià Blanco, investigador de IrsiCaixa y miembro del comité científico del evento junto a Denise Naniche, investigadora y directora científica de ISGlobal, ha señalado que vendrán más pandemias como la vivida. Razón por la que, ha advertido, «debemos estar preparados, debemos reflexionar sobre lo aprendido en esta crisis sanitaria». 

Por su parte, desde la Royal Veterinary College de la University of London, Richard Kock, ha destacado que «las medidas que hemos implementado en los últimos años para reducir riesgos se basaban en una narrativa errónea, centrada en los países de rentas bajas y en la naturaleza, como focos de potenciales nuevos brotes, cuando son los países de rentas altas los que más riesgo tienen de desarrollar esos nuevos patógenos y diseminarlos».

Más estrategia internacional y coordinada

También se ha debatido sobre un tiempo récord de herramientas para combatir la Covid-19 que ha movilizado una cantidad de recursos sin precedentes destinados a la investigación: desde las vacunas a los tests de diagnóstico rápido o los tratamientos antivirales. Un caso de éxito de la ciencia que se asienta en años de investigación y desarrollo previos, y que ha supuesto una auténtica revolución en el ámbito de las enfermedades infecciosas.

En este sentido, se ha puesto sobre la mesa el concepto que ha defendido Lowe: One Health, así como la importancia de estrategia global, ya que ha quedado patente que la llegada de la vacuna contra el Covid-19 ha sido desigual en muchos puntos del planeta. De hecho, según datos reflejados en estas jornadas, la situación de los países de rentas altas, con porcentajes elevados de población vacunada con pauta completa, contrasta con la cifra de menos de un 3,5% de vacunados en África.

También han intervenido María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y del Ambiente en la Organización Mundial de la Salud (OMS);  Adolfo García-Sastre, virólogo de Global Health and Emerging Pathogens Institute of Icahn School of Medicine, Mount Sinai, USA; Daniel Prieto-Alhambra, catedrático de farmacoepidemiología de la Universidad de Oxford; Nathalie Strub-Vergouft, directora de la iniciativa Neglected Tropical Diseases (NTDs) y de la comisión Covid-19 de The Lancet. Miguel Luengo-Oroz, director científico de UN Global Pulse, la iniciativa de Naciones Unidas para el uso de big data y IA en aplicaciones de desarrollo sostenible y acción humanitaria.

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