Sociedad
Eclipse solar

Se disparan los casos de daños en los ojos tras el eclipse solar: lo que debes saber

Los niños y los adultos jóvenes son los más propensos a sufrir daños oculares

Las búsquedas en internet sobre «ojos dañados» se han disparado este lunes después de que ocurriera el eclipse solar total. Estas búsquedas sugieren que muchas personas estaban preocupadas de haber mirado por demasiado tiempo este fenómeno.

Y es que, mirar al Sol sin un equipo de protección puede dañar los ojos y la visión, ya que ya se han documentado quejas de problemas oculares después de eclipses anteriores. Sin embargo, los casos de daños a largo plazo después de los eclipses no son comunes. Además, son posibles dos tipos principales de lesiones al mirar el Sol: una quemadura en la parte exterior del ojo y otra lesión de daño al tejido nervioso interior.

«Se puede sufrir una pequeña quemadura en la superficie del ojo, o lo que llamamos queratitis solar», dijo el Dr. Daniel Lattin, oftalmólogo de Nemours Children’s Health en Jacksonville, Florida. «Puedes sufrir una especie de quemadura en la córnea, lo que provocará enrojecimiento, lagrimeo y ese tipo de síntomas. Eso debería resolverse por sí sólo, en uno o dos días, sin ningún tipo de daño permanente».

Los problemas de visión son los graves

Los problemas más graves de mirar al Sol, ya sea en un eclipse o no, están relacionados con la visión, ya que estos son los que merecen ser atendidos por un médico. Síntomas como un punto ciego, líneas onduladas, moscas volantes o visión borrosa, podrían ser retinopatía solar, una dolencia que se genera 24 horas después de ver al Sol.

Los datos limitados sugieren que los problemas prolongados no son comunes. Sólo unos 100 pacientes mostraron síntomas de retinopatía relacionada con eclipses después de uno que tuvo lugar en 2017, según un informe técnico publicado por la Sociedad Astronómica Estadounidense . Los niños y los adultos jóvenes eran los más propensos a verse afectados, según el informe, que basó sus estimaciones en datos de encuestas informales.

Otro peligro es la «toxicidad fotoquímica», que se basa en ondas cortas y potentes de luz azul, violeta y ultravioleta esta última invisible que desencadenan reacciones químicas que dañan los bastoncillos y conos de la retina, la membrana situada en la parte posterior del ojo que recibe las impresiones luminosas y las transmite al nervio óptico.

Por su parte, los adultos jóvenes pueden correr más riesgo a sufrir daños que los niños debido a que tienen las pupilas más grandes, una estructura ocular más clara o una «percepción más pobre de los peligros» para lo que supone contemplar un eclipse de proporciones.

Las recomendaciones que no se han seguido

Estas son las medidas que mucha gente no ha seguido y que ha provocado, por desconocimiento o por inconsciencia, el aumento de casos de daño ocular al ver directamente el eclipse sin protección: