Sociedad

Bernardo Montoya admite ante la Guardia Civil que «forcejeó» con Laura pero evita confesar el crimen

El principal sospechoso del asesinato de la profesora de 26 años Laura Luelmo, Bernardo Montoya Navarro, ha sido interrogado este martes por los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en la Comandancia de Huelva.

En su primera declaración, Montoya ha reconocido que se encontró con la joven en el camino en el que luego fue hallado el cadáver con signos de violencia, a 4 kilómetros del pueblo de El Campillo (Huelva) en el que ambos residían. El sospechoso ha relatado que discutió con la joven y «forcejeó» con ella, pero ha evitado confesar que le quitó la vida.

Las fuentes policiales consultadas señalan que, con esta actitud, Montoya intenta fabricar una coartada para atenuar su pena. La autopsia ha revelado que Laura Luelmo murió por un fuerte golpe en la frente, que pudo ser propinado con una piedra o un palo.

Bernardo Montoya, que ya estuvo en prisión por el asesinato de una anciana en 1995, intentaría transmitir a los agentes que quitó la vida a la joven de forma involuntaria, en un momento de ofuscamiento durante el forcejeo. El objetivo de esta estrategia sería lograr que los hechos sean calificados penalmente como un homicidio, que implica una pena de hasta 15 años de cárcel.

Indicios de agresión sexual

Sólo si los agentes logran demostrar que han existido los agravantes de alevosía, ensañamiento o premeditación, o que Montoya hizo prevalecer su superioridad física para quitar la vida de la joven, podría ser condenado por asesinato. En este caso, la pena podría alcanzar hasta los 20 años de cárcel.

Pero hay otros indicios que pueden agravar la situación penal del detenido. Los investigadores sospechan que Laura Luelmo pudo sufrir una agresión sexual, ya que su cuerpo apareció semidesnudo y oculto entre los matorrales, en un margen del camino. Algunos restos de su ropa se encontraban a más de 100 metros de distancia. Las heridas halladas en el cuerpo demuestran que la joven intentó defenderse de su agresor.

De confirmarse que el móvil del asesinato fue sexual, Bernardo Montoya podría ser condenado a prisión permanente revisable. Entre otros supuestos, esta medida (que el PSOE y Podemos tienen intención de derogar) es aplicable cuando el asesinato sea consecuencia de un delito contra la libertad sexual (de acuerdo con el artículo 140.1.2 del Código Penal). Bernardo Montoya podría ser interrogado de nuevo en las próximas horas por la Guardia Civil, que intenta obtener una confesión completa del crimen, antes de pasar a disposición judicial.