Un nuevo caso de canibalismo a causa, probablemente, de la droga conocida como ‘Flakka’ en Miami

Un nuevo caso de canibalismo a causa, probablemente, de la droga conocida como ‘Flakka’ en Miami

Un caso de violencia caníbal ha sorprendido, y aterrado a partes iguales, a la los vecinos de la localidad de Tequesta, a 150 kilómetros de Miami. Alertados por la llamada de un vecino, la policía encontró la pasada noche del lunes a Austin Harrouff, un joven de 19 años, despedazando con sus dientes el rostro de un hombre. Antes de eso lo había matado, a él y a su mujer, a cuchilladas.

El alguacil de Martin, William Snyder, calificó el suceso como «desconcertante e inexplicable» y explicó que el joven probablemente deambulaba por la zona bajo el efecto de drogas sintéticas conocidas como sales de baño o flakka.

Las víctimas, John Stevens y Michelle Mishcon, fallecieron en el lugar. Un vecino que intentó acudir en su rescate, también fue acuchillado por el atacante, pero aún así logró llamar al servicio de emergencias.

Harrouff, quien también se recupera en un hospital por heridas menores, es estudiante de la Florida State University (FSU) y pertenece a la fraternidad Alfpha Delta Phi, detalló Snyder. No tenía antecedentes de violencia. Hicieron falta varios oficiales, perros y disparos de taser para lograr retenerlo. «El sospechoso era anormalmente fuerte», dijo el alguacil.

«Había numerosas armas improvisadas en el garaje, muchos objetos punzantes. Parece que el hombre intentó defenderse», agregó Snyder.  «Pero hay tantas heridas y tantos traumatismos graves que al forense probablemente le tomará un tiempo darnos una descripción exacta» de lo sucedido, dijo Snyder.

Por el momento los exámenes de sangre han dado negativo a cocaína y heroína. Pero las autoridades sospechan del flakka o las sales de baño, ambos estimulantes psicoactivos basados en la catinona, una sustancia presente en un arbusto de Medio Oriente llamado khat, según informa el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas.

Estas drogas de diseño producen un estado de delirio eufórico y alucinaciones. «En nuestro trabajo sabemos que la gente bajo el influjo de flakka tiene este tipo de comportamientos», dijo Snyder. «Atacan a la víctima, muerden e incluso remueven trozos de carne en los mordiscos». Harrouff hacía «ruidos como de animal», narró el alguacil

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