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Tratamiento de reproducción asistida: estas son las recomendaciones que pueden ayudarnos

Hablamos con Antonia González. Embrióloga integrativa y directora del centro Onêt especializado en Fertilidad Integral.

Muchas mujeres y parejas sufren problemas de fertilidad y la única opción que creen posible es acudir a clínicas de reproducción asistida a someterse a un tratamiento de fecundación in vitro o una inseminación, pensando que ellos no pueden hacer nada por mejorar su fertilidad, incluso que creen que no es posible un embarazo natural porque no lo han conseguido en casa. Pues esto no es así en la mayoría de los casos, pero en el caso de que sea estrictamente necesario realizar un tratamiento de reproducción asistida debemos saber que podemos mejorar los porcentajes de éxito que nos ofrecen las clínicas.

Cómo podemos hacerlo

Lo primero y más importante, es mejor no intentar hacerlo solos, yo siempre recomiendo que se haga siempre asesorados por profesionales actualizados y formados en fertilidad integral, son muchos los cambios que hay que realizar en la mujer o la pareja, y siempre deben hacerse bajo supervisión profesional.

Debemos realizar cambios en la alimentación de los pacientes, dependiendo de la patología previa y las condiciones basales de las que partamos, por ejemplo, no serán la misma dieta para una mujer con endometriosis que otra que tiene hipotiroidismo, y para poder pautar la alimentación adecuada debemos conocer previamente a través de análisis clínicos de donde partimos, y no olvidarnos nunca del sistema digestivo y del intestino.

La búsqueda de embarazo se dificulta en el caso de que la mujer tenga la microbiota de su intestino alterada, ya que esto hará que la absorción de nutrientes esenciales para la fertilidad sea más deficiente, además sabemos que un intestino permeable predispone a tener más enfermedades autoinmunes y éstas afectan a la fertilidad en muchas ocasiones, pero no solo eso, sino que también una pared intestinal alterada provoca que haya mayor inflamación en nuestro organismo y esto a su vez genera oxidación celular por la generación de más radicales libres. Esta oxidación afecta tanto a la calidad de los óvulos como a la del esperma, llegando a afectar al ADN de las células.

Además de la alimentación, en la mayoría de ocasiones tenemos que suplementar a ambos miembros de la pareja, ya que nos encontramos con muchos déficits de vitaminas y minerales, y estos son imprescindibles para una buena salud hormonal y para la calidad de los gametos.

La suplementación siempre debe hacerse bajo prescripción de un profesional realizando análisis previos para así personalizar la dosis para cada paciente, porque en ocasiones hemos visto a mujeres y hombres que se suplementan por su cuenta, pensando que como son productos naturales son inocuos y eso no es verdad. Por ejemplo, tomar un suplemento de hierro y excederse en la dosis crea más oxidación celular, lo que afectaría a la fertilidad negativamente. También hemos de tener en cuenta que hay ciertos minerales que en exceso en sangre son tóxicos para el organismo, además de que hay nutrientes que son incompatibles con algunos medicamentos.

Es cierto que hay ciertas vitaminas que en exceso pueden eliminarse del organismo a través del hígado, pero no sería aconsejable hacerle trabajar más de la cuenta a este órgano porque también juega un papel importante en la fertilidad.

Podemos ayudar a la fertilidad gracias a la práctica del ejercicio físico, ya que actúa como regulador hormonal, rebaja la inflamación de bajo grado, ayuda al sistema inmune a trabajar mejor y por supuesto ayuda a regular el estrés.

Debemos reducir al máximo los tóxicos, especialmente los disruptores endocrinos, con los que nos relacionamos a diario, porque también se comportan como alteradores hormonales, afectando especialmente a las mujeres.

Por supuesto, podemos regular nuestras hormonas, mejorando nuestros hábitos de vida, mejorando la calidad del sueño, regulando los ritmos circadianos, hemos de tener en cuenta que la melatonina, la hormona inductora del sueño, es un gran antioxidante que ha demostrado científicamente mejora la calidad de los gametos y, por tanto, la del embrión, pero además realiza una acción inmunoreguladora importante en nuestro organismo, y que el sistema inmunológico funcione correctamente es parte fundamental para que el embrión decida implantarse en el útero.

Y por último, en el Programa que realizamos para prepararse para una fecundación in vitro o inseminación artificial, siempre tenemos en cuenta la gestión del estrés, ya que éste también interfiere en el sistema hormonal e inmunológico.

Hay miles de estudios que ya avalan que ciertas vitaminas, minerales, ácidos grasos, probióticos, determinados hábitos de vida, gestión del sueño, estrés… afectan directamente a la fertilidad.

Así que a la pregunta que más nos hacen los pacientes sobre si podemos prepararnos antes de hacer un tratamiento de reproducción asistida, la respuesta es que DEBEMOS hacerlo, está en nuestra mano ser gestores de nuestra fertilidad, porque no olvidemos que la fertilidad es salud.
En los casos que la mujer vaya a someterse a un tratamiento con óvulos de donante (Ovodón) también podemos mejorar las condiciones para que la tasa de embarazo sea mayor. En estos casos no es necesario trabajar con la calidad ovocitaria, pero sí debemos intervenir en la implantación del embrión.