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23 de Mayo, Día Mundial del Melanoma

Tipos de manchas solares en la piel y cómo prevenirlas

Más del 90% de las personas de raza blanca mayores de 60 años y más del 20% de los mayores de 35 años presentan algún léntigo

Hay un momento clave en el año en el que parece que prestamos más atención a las manchas de la piel. Suele ser el final del verano, cuando los excesos de sol pasan la factura, aunque este no es el único factor de riesgo. Las manchas tienen un «time line» muy variado, bien sea por excesos, fallos autoinmunes, alteraciones hormonales o factores genéticos.

En cualquier caso, todas ellas suponen una pigmentación cutánea, más clara o más oscura. Por esta razón, la primera clasificación global sería esta: por hiperpigmentación (sobreproducción de melanina que provoca manchas oscuras) o por hipopigmentación (produce manchas claras). Ni las pieles oscuras ni las pieles claras son el foco directo de ninguna en concreto, pero sí son más sensibles a unas u otras.

Pecas o efélides

Son las más comunes y fáciles de reconocer. Son las manchas en la piel de pequeño tamaño y color marrón producidas por microlesiones y causa de la acumulación de pigmento. Suelen concentrarse principalmente en la cara (mejillas y nariz), brazos, pecho y espalda. Son más habituales en las pieles claras y su único problema es estético, es decir, no suponen riesgos para la salud. ¿Por qué aparecen? Hay dos responsables: o una mutación genética en el cromosoma 4, o a causa del sol.

Manchas en la piel por edad o léntigo simple

Un léntigo es una mancha benigna de la piel que puede ser color marrón a negro, y que suele mejor entre uno y 15 mm de tamaño. Puede aparecer en la infancia o adquirirse con los años, y, en general, está motivado por la exposición al sol.

Su aparición puede ser rápida o desarrollarse de manera progresiva. Los léntigos son muy frecuentes. Más del 90% de las personas de raza blanca mayores de 60 años y más del 20% de los mayores de 35 años presentan algún léntigo.

Estas manchas tienen una importante relación con la exposición solar y con los rayos ultravioleta administrados por motivos médicos (psoriasis) o estéticos (ponerse moreno). También existen causas genéticas, dado que se han descrito diversas enfermedades en las que la presencia de léntigos es muy frecuente.

Manchas solares o léntigo solar

Tienen forma de lenteja y son muy similares a las manchas de la edad, pero su razón vuelve a ser el sol. También son planas y marrones, pero con el borde muy nítido. Suelen localizarse en las áreas o zonas del cuerpo más expuestas a la radiación solar. Pueden confundirse a veces con las pecas por su tamaño. Lo primordial para evitar su aparición es la protección solar alta.

La acumulación reiterada y continuada de radiación ultravioleta a lo largo de nuestra vida se manifiesta como un desorden en la pigmentación de la piel, alteración que se localiza en la capa basal de la epidermis (la más superficial). En este caso, y al contrario de lo que ocurre en los lunares, no se forma un nido en la mancha.

Debemos aclarar que es una afección benigna y sin mayor riesgo para la salud. Sin embargo, también son un claro indicador de lo que ha sufrido la piel en su exposición al sol, lo que aumenta el riesgo de padecer cáncer de piel.

Melasmas

Las melasmas, también conocidas como cloasmas, son manchitas que aparecen por el aumento de la melanina en la piel, pero no a causa del número de células. Estas marcas aparecen principalmente en rostro, labio superior, frente, mejillas y el puente de la nariz.

Aunque pueden afectar tanto a hombres como a mujeres, ellas son más propensas a sufrirlas, ya que se cree que su desarrollo está ligado a cambios hormonales. Son más frecuentes en pieles morenas, estilo mediterráneo (fototipos 4-5), y el embarazo o el uso de anticonceptivos orales también suelen fomentar su aparición.

Estas manchas no desaparecen por sí solas, aunque en invierno, al no haber estímulo solar, tienden a aclararse. En verano se reactivan y vuelven a oscurecerse. Por eso es muy importante utilizar protector solar de manera habitual.

Consejos para prevenir las manchas solares

El primer paso es evitar la exposición solar o reducirla lo máximo posible. También se deben eludir las horas centrales del día, entre las 12 y las 16 horas, ya que es el periodo en el que los rayos solares resultan más dañinos. Además, resulta imprescindible el uso de barreras físicas como un gorro, una sombrilla o ropa especial para tomar el sol.

Igual de importante es la protección cutánea mediante protectores o bloqueadores solares. Hay algunos de ellos que han sido especialmente formulados y elaborados para cuidar y proteger la dermis frente a los rayos del sol, sobre todo con el fin de prevenir la aparición de manchas solares.

La Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) advierte de que los fotoprotectores no nos protegen al 100% de las radiaciones UV, y, por tanto, a pesar de usarlos, siempre existe esa estimulación en la producción de melanina, por lo que las manchas pueden acentuarse.

También es preciso cuidarse por dentro, de manera que se mantenga una alimentación sana y equilibrada, ayudando así a que la piel esté más fuerte y saludable. Por eso es preciso comer mucha fruta, especialmente en verano, que, además, nos mantendrá hidratados.

Debemos evitar los cosméticos, colonias, perfumes y todos aquellos productos de uso cutáneo que contengan alcohol, especialmente antes de tomar el sol. Asimismo, se recomienda mantener una buena rutina para cuidar tu piel a través de la exfoliación, limpieza, hidratación y cuidados post baño solar, como el empleo de un buen ‘after sun’.

Además, hay que tener en cuenta que existen medicamentos que pueden hacer que sufras problemas de fotosensibilidad. En caso de estar bajo algún tipo de tratamiento, lo ideal es hablar con tu médico para evitar posteriores daños en la piel.