OkSalud
hematología

Sangre artificial universal: el revolucionario avance japonés que puede conservarse cinco años

Es estable a temperatura ambiente durante al menos un año, a diferencia de la sangre humana donada, que requiere refrigeración constante

Un equipo de científicos japoneses ha logrado un avance médico sin precedentes: el desarrollo de sangre artificial compatible con todos los grupos sanguíneos humanos, un hallazgo que promete transformar los protocolos de transfusión en situaciones de emergencia, desastres naturales, conflictos armados o zonas rurales sin bancos de sangre disponibles.

Este desarrollo, liderado por investigadores del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Industrial Avanzada (AIST) de Japón, ha sido publicado recientemente en la revista científica Nature Biomedical Engineering, y ya ha sido calificado por expertos internacionales como «un hito histórico en la medicina moderna».

«Hemos logrado sintetizar un tipo de sangre artificial con capacidad de transportar oxígeno y coagular adecuadamente, sin riesgo de rechazo por incompatibilidad sanguínea», explicó el doctor Hiroshi Tsukamoto, líder del equipo de bioingeniería del AIST.

¿Qué es la sangre artificial y por qué es revolucionaria?

El nuevo compuesto, llamado provisionalmente HemoSyn-A, imita las dos funciones vitales de la sangre: el transporte de oxígeno y la coagulación en caso de hemorragia. Está basado en nanopartículas recubiertas con hemoglobina sintetizada en laboratorio, y se presenta en un formato liofilizado (en polvo), lo que facilita su almacenamiento y transporte, incluso en condiciones extremas.

Además, es estable a temperatura ambiente durante al menos un año, a diferencia de la sangre humana donada, que requiere refrigeración constante y tiene una vida útil de apenas 42 días.

Los ensayos preclínicos se realizaron en conejos y monos rhesus con traumatismos graves y hemorragias intensas. En todos los casos, la sangre artificial restableció las constantes vitales en menos de cinco minutos tras la transfusión, sin reacciones inmunológicas adversas.

«Este avance puede ser crucial en zonas de conflicto, ambulancias o helicópteros de emergencias médicas donde no se puede llevar sangre de todos los grupos», señaló la doctora Yuki Nakamura, hematóloga del Hospital Universitario de Osaka.

Implicaciones globales

El potencial de este avance es enorme. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se realizan más de 120 millones de transfusiones de sangre, muchas de las cuales enfrentan complicaciones por incompatibilidad, falta de donantes o malas condiciones de conservación.

La sangre artificial universal podría reducir drásticamente la dependencia de donaciones humanas, disminuir los costes logísticos de los sistemas sanitarios y, sobre todo, salvar millones de vidas en catástrofes naturales, guerras o accidentes de tráfico.

Faltan pruebas en humanos

Aunque los resultados son prometedores, el equipo japonés aclara que aún se requiere superar la fase de ensayos clínicos en humanos, que podría iniciarse en 2026 si las autoridades regulatorias dan luz verde. Se espera que en una primera etapa se utilice en entornos controlados, como quirófanos o unidades de cuidados intensivos, antes de extenderse a contextos más críticos como ambulancias o zonas de combate.

El proyecto ha despertado el interés de instituciones médicas y militares de todo el mundo. Japón ya negocia acuerdos con la Unión Europea y Estados Unidos para establecer plataformas de producción de HemoSyn-A a gran escala.

La sangre artificial universal es un sueño largamente perseguido por la ciencia médica. Hoy, gracias a la perseverancia de la investigación japonesa, ese sueño está más cerca de convertirse en realidad. Un invento que no sólo podría revolucionar la atención médica, sino también redefinir la manera en que el mundo se prepara frente a las emergencias.