¿Conoces los riesgos del entrenamiento de fuerza en niños?
Los entrenamientos que se hacen con los más jóvenes deben estar enfocados a conseguir un objetivo general, que de alguna manera nos permita establecer las bases necesarias para gozar de una mejor condición física en el futuro. Las sesiones de fuerza forma parte de la rutina de cualquier deportista, pero en el caso de los niños no se aconsejan salvo que se le preste una especial atención y se programan correctamente los ejercicios. Ten en cuenta que una mala estructuración puede acabar creando lesiones en el menor. Si no conoces los riesgo del entrenamiento de fuerza en niños, nosotros te los explicamos a continuación.
Los jóvenes intentan emular a los mayores, que cada vez están más preocupados por la estética en busca del cuerpo perfecto. Cada etapa de la vida exige unas cualidades físicas bien distintas, por eso no se aconseja realizar pesas a edades tan tempranas. El trabajo de fuerza tiene una gran cantidad de riesgos para el niño si no entrena correctamente. Únicamente conseguirá resultados positivos cuando se ejercita a las órdenes de un profesional. De lo contrario, las consecuencias serían variadas.
- Se puede producir un retraso en el crecimiento corporal ya que la hormona del crecimiento presenta un menor nivel. Un mal planteamiento en el trabajo de fuerza pueden afectar de manera importante en este sentido.
- Acortamiento de los músculos: cuando se hipertrofia y no se estira cada grupo muscular de una manera correcta existe el riesgo de que haya un acortamiento que provoque una falta de movilidad funcional en una articulación.
- Lesiones en la espalda: el cuerpo, al no estar acostumbrado a cargas demasiado grandes, es posible que también note el ejercicio de fuerza. La espalda será la zona más castigada. Si no se previene puede llegar a convertirse en una molestia crónica.
- Pérdida de la propiocepción: esto ocurre cuando hacemos el trabajo de fuerza en un principio con máquinas. En todo caso sería más aconsejable que el entrenamiento se hiciese con el propio peso del cuerpo para que toda la musculatura se ejercitase de manera general sin concretar en un grupo muscular concreto.
- En cualquier caso, a los jóvenes hay que inculcarles la práctica del ejercicio físico de una manera saludable, sin que exista una obsesión por el entrenamiento. Recordarles que hay unos límites y que cada edad precisa de un estilo diferente de ejercicios.
A la hora de trabajar con los más jóvenes es preciso que se tengan en cuenta una serie de aspectos como son la edad, la genética, la condición física y otros factores adicionales. La condición física de los niños se mejora con la edad.
Desde los 6 hasta los 12 años comprobaremos la evolución en el aspecto de coordinación. A partir de los 13 en los chicos y a los 11 en las chicas se produce una gran estabilidad neuromuscular que debería aprovecharse para comenzar con la base de lo que en el futuro será el ejercicio de fuerza. Esto no significa que se deba comenzar con las pesas. Lo adecuado sería mejorar la musculatura general sin necesidad de incorporar pesos muy grandes.
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