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Las razones científicas del sedentarismo: 3 consejos para evitarlas

¿Sabías que hay unas razones científicas que explican el sedentarismo? Aquí te contamos algunos datos muy interesantes.

  • Francisco María
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¿Te has preguntado alguna vez por qué tu cuerpo se niega a hacer ejercicio y prefiere quedarse quieto en el sofá? ¿Aún sabiendo que el entrenamiento te dará nuevas energías, mejorará tu salud y tu apariencia, no mueves un dedo? Aunque no lo creas, existe una razón científica de por qué tu cuerpo prefiere el sofá antes que el gimnasio.

La razón principal de la pereza

La razón principal de nuestra pereza para hacer ejercicios la hemos heredado de nuestros antepasados. Para ellos, la actividad física era imprescindible para poder sobrevivir. Tenían que correr para conseguir comida y, si era necesario, huir de los enemigos.

Pero, según el neurocientífico noruego Ole Petter Hjelle, el acceso a los alimentos era limitado y, por lo tanto, era importante conservar la energía.

En la actualidad, no tenemos que perseguir a la comida ni correr más rápido que el enemigo para poder sobrevivir. Pero tu cerebro todavía te dice que ahorres energía, para evitar los déficits calóricos.

3 consejos para evitar el sedentarismo

A pesar de que hemos desarrollado una especie de ansia de pereza, no significa que no sea posible engañar al cerebro para que el ejercicio físico forme parte de la vida cotidiana. Segun Petter, se trata de hacer del ejercicio un hábito.

Haz que el ejercicio se convierta en una necesidad

Si el ejercicio empieza a formar parte de tu vida, estarás combatiendo indirectamente la tendencia al sedentarismo. Por ejemplo, puedes dejar de conducir el coche y empezar a caminar, o a andar en bicicleta, para ir al trabajo todos los días.

Cuando te trasladas en autobús, puedes bajarte una o dos paradas antes y caminar hasta tu destino, o si tienes que subir varios pisos en un edificio, usa las escaleras.

Encuentra tu motivación

El cerebro se adaptará poco a poco a las nuevas rutinas y comprobará las mejoras físicas que estás consiguiendo. Solo tienes que encontrar tu motivación interior cada vez que vas a entrenar.

Por ejemplo, si has decidido usar la bicicleta, no recorras siempre las mismas calles, emplea el tiempo del viaje en disfrutar del aire libre y tómalo como un paseo.

Mantiene un ritmo ligero

Para que tu cerebro acepte como un hábito el ejercicio físico regular, no es necesario entrenar todos los días. La investigación ha demostrado que hacer ejercicio durante 30 minutos al menos 3 veces por semana, proporciona el 90% de sus beneficios.

Es más, puedes dividir esos 30 minutos en tres secciones y practicar durante 10 minutos en la mañana, otros 10 en la pausa del almuerzo y otros 10 al volver a casa.

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