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¿En qué consiste el síndrome de Gilbert?

Asociado con ictericias de carácter leve, el síndrome de Gilbert es una enfermedad hereditaria. Aquí te contamos un poco más.

El síndrome de Gilbert es una enfermedad hereditaria. El bebé nace con esta patología hepática genética cuando uno o los dos padres transmiten el gen que causa la hiperbilirrubinemia. Esta afección se caracteriza por el nivel ligeramente alto de un pigmento biliar de color amarillo, llamado bilirrubina. La presencia de esta sustancia tóxica en la sangre se debe a una anomalía en la función hepática; el resultado es una ictericia leve u otros síntomas característicos. El diagnóstico definitivo se realiza mediante un análisis de sangre.

Síntomas del síndrome de Gilbert

Los síntomas de esta enfermedad varían de un paciente a otro. Las personas afectadas por el síndrome de Gilbert pueden presentar signos con características de ictericia. En general, los episodios de ictericia ocurren repentinamente y aumentan inmediatamente después de la exposición a los desencadenantes.

Este tipo de ictericia surge en brotes esporádicos y afecta a la piel cuando los niveles de bilirrubina cambian en sangre. Su característica principal es la coloración amarillenta de la piel y de las membranas mucosas, especialmente en las caras internas de los párpados y en el iris del ojo. También es probable que aparezca un color amarillento de la piel en las palmas de las manos, en las plantas de los pies y en la membrana mucosa dentro de la boca.

Otros síntomas que provoca el síndrome pueden ser de leves a severos. Estos pueden ser deshidratación, jaquecas, náuseas, estreñimiento, flatulencias, eructos, fatiga, vómitos, dolor abdominal, SII (Síndrome de intestino irritable), hormigueo en las manos, falta de apetito, dificultades para concentrarse y depresión.

Causas y diagnóstico de la enfermedad de Gilbert

Existen ciertos comportamientos que inducen a un ligero aumento en los niveles de bilirrubina y producen un aumento de los síntomas. Un ayuno prolongado, la falta de sueño, esfuerzos físicos intensos, el consumo de demasiado café o té. También puede agravar el cuadro clínico una dieta en extremo picante o excesivamente grasa.

Es probable que el estrés constante también genere excesos de bilirrubina, así como el consumo de alcohol o el exceso de alimentos. Asimismo, tomar cierto tipo de medicamentos como glucocorticoides, esteroides anabólicos o salicilatos de sodio, aumentan sensiblemente los niveles normales de bilirrubina e inducen el síndrome de Gilbert.

Para diagnosticar la enfermedad, el médico realiza un examen visual del paciente prestando atención a su apariencia: ictericia o deshidratación evidente. Generalmente, el examen físico se debe completar con algunas pruebas de laboratorio que incluyan análisis de sangre para poder evaluar con exactitud la concentración de bilirrubina en la sangre.

¿Te interesa este tema? Déjanos tus comentarios o tus preguntas. El síndrome de Gilbert es una afección que debe ser tratada adecuadamente.