¿Se pueden evitar las pesadillas?
Si tienes pesadillas con demasiada frecuencia y crees que no se pueden evitar, aquí te mostramos algunos consejos prácticos. Toma nota y ponte en marcha.
La respuesta a la pregunta es que es completamente posible evitar las pesadillas. Para ello, el primer paso es revisar el estilo de vida, fijándose en los pequeños detalles que forman parte de las rutinas diarias. Esto incluye desde la alimentación, hasta el tipo de emociones que se acumulan con el transcurso de las horas. Las dificultades para trasladarse al lugar de trabajo desde casa (y viceversa) o preocupaciones de orden económico o sentimental, son algunos de los escenarios que pueden servir de combustible para los malos sueños.
Aunque en un primer momento no suelen ser considerados como un problema de salud, los episodios recurrentes sí terminan por afectar el bienestar general de las personas. Para evitar complicaciones, vale la pena poner en marcha algunas pautas.
Buena alimentación
Una alimentación balanceada no pasa únicamente por mantener un menú perfectamente equilibrado, también por comer a las horas adecuadas. Lo ideal es tomar la cena al menos dos horas antes de irse a dormir. Además, los ingredientes ligeros y de rápida digestión son los más adecuados. Hay que prescindir de bebidas estimulantes como café o té después de las dos de la tarde, así como no abusar del consumo de bebidas alcohólicas.
Más allá de la comida, cuando se acerca la hora de ‘entregarse a los brazos de Morfeo’, se debe procurar no realizar actividades estresantes. Esto incluye costumbres como llevarse el trabajo a casa, estar continuamente viendo la pantalla de nuestro móvil, o ver en la televisión alguna película o serie de terror.
Rutinas saludables
Otros buenos hábitos para evitar las pesadillas pasan por tener una hora fija para levantarse en las mañanas e irse a dormir al final de cada día. Esta rutina genera un equilibrio mental que ayuda a conseguir sueños lejos de traumas.
El ejercicio regular es otro aspecto ineludible. El sedentarismo nunca es sinónimo de buena salud, llevar a cabo los entrenamientos en la tarde o en la noche es muy útil para ir a la cama lo más relajado posible. Si lo anterior se complementa con técnicas de relajación como la meditación, mucho mejor.
Las pesadillas: problema de grandes y pequeños
Generalmente al hablar de pesadillas se piensa en que los afectados son solo niños. Y aun cuando la gran mayoría de los pequeños deben lidiar con los malos sueños (entre los cuatro y los siete años suele ser un período crítico), los adultos no están exentos. Muchos optan por no admitirlo, pero cuando son frecuentes, ocultarlo no servirá de nada.
Por ello, si sufres de malos sueños de manera recurrente o si se trata siempre de una situación que se repite constantemente, lo mejor es pedir ayuda a un profesional para encontrar el origen del problema y poder superarlo.
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