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Un estudio publicado en "Jama Oncology"

La preservación de la fertilidad en mujeres con cáncer de mama no aumenta el riesgo de recaída

Los resultados podrían aportar en el futuro seguridad y nuevas esperanzas a las mujeres que quieran preservar su fertilidad tras el tratamiento del cáncer con quimioterapia

Las mujeres con diagnóstico de cáncer de mama que se someten a procedimientos de preservación de la fertilidad no tienen mayor riesgo de recidiva de la enfermedad ni de mortalidad específica, según ha demostrado un estudio del Karolinska Institutet (Suecia) que ha realizado un seguimiento de las participantes durante una media de cinco años.

Los resultados, publicados en la revista JAMA Oncology, podrían aportar en el futuro seguridad y nuevas esperanzas a las mujeres que quieran preservar su fertilidad tras el tratamiento del cáncer con quimioterapia.

Tal y como recuerdan los investigadores, casi una de cada diez mujeres afectadas por el cáncer de mama está en edad fértil y corre el riesgo de quedar estéril por el tratamiento de quimioterapia. Con la esperanza de poder tener hijos tras completar el tratamiento del cáncer, muchas mujeres optan por someterse a procedimientos de preservación de la fertilidad con o sin estimulación hormonal. Estos métodos incluyen la criopreservación, la congelación de embriones, gametos femeninos (ovocitos) y tejido ovárico.

«No es raro que las mujeres con cáncer de mama hormonopositivo o los médicos que las tratan opten por no recurrir a los procedimientos de preservación de la fertilidad por temor a que estos procedimientos aumenten el riesgo de recidiva del cáncer o de muerte», afirma la primera autora del estudio, Anna Marklund, investigadora del Departamento de Oncología-Patología del Karolinska Institutet.

No es necesario esperar

De hecho, en algunos casos, también se aconseja a las mujeres que esperen entre 5 y 10 años antes de intentar concebir y, con el aumento de la edad, la fecundidad en todas las mujeres disminuye. «Por lo tanto, es necesario conocer mejor la seguridad de los procedimientos de preservación de la fertilidad en el momento de un diagnóstico de cáncer de mama», defiende la investigadora.

El estudio de registro abarca a 1.275 mujeres en edad fértil que fueron tratadas por cáncer de mama entre 1994-2017 en Suecia. De ellas, 425 se sometieron a procedimientos de preservación de la fertilidad con o sin estimulación hormonal. El grupo de control de 850 mujeres fue tratado de cáncer de mama pero no se sometió a procedimientos para la preservación de la fertilidad.

Las mujeres que se sometieron a procedimientos de preservación de la fertilidad y las mujeres del grupo de control se emparejaron en cuanto a la edad en el momento del diagnóstico, el periodo de calendario en el momento del diagnóstico y la región de asistencia sanitaria. Los datos estadísticos se tomaron de los registros sanitarios nacionales y de los registros de población con datos sobre resultados, variables relacionadas con la enfermedad y el tratamiento y características socioeconómicas.

Los datos

La proporción de mujeres sin recaídas a lo largo de los cinco años fue del 89% entre las que se sometieron a estimulación hormonal de los ovarios, del 83% entre las que se sometieron a congelación de tejido ovárico y del 82% entre las que no se sometieron a procedimientos de preservación de la fertilidad.

Cinco años después del tratamiento del cáncer de mama, la tasa de supervivencia fue del 96% en el grupo que se sometió a estimulación hormonal para congelar óvulos o embriones, del 93% en el grupo que se sometió a procedimientos de preservación de la fertilidad que no se sometió a estimulación hormonal, y del 90% en el grupo que no se sometió a procedimientos de preservación de la fertilidad.

«No observamos ningún aumento del riesgo de recaída o mortalidad cuando se realizaron procedimientos para la preservación de la fertilidad, en comparación con las mujeres que no se sometieron a procedimientos para la preservación de la fertilidad», afirma el último autor del estudio, Kenny Rodríguez-Wallberg.

«Se trata de una información valiosa que puede contribuir a cambiar las rutinas de atención cuando se trata de mujeres jóvenes con cáncer de mama que quieren preservar su fertilidad», comenta. Así las cosas, los investigadores tienen previsto realizar un seguimiento de los resultados al cabo de otros cinco años.