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Cómo se hace la tostada perfecta

En un desayuno completo no pueden faltar las clásicas tostadas. No presenta grandes dificultades su preparación, pero cada persona cuenta con un estilo diferente. Todas las opciones que existen pueden resultar válidas, así que intentaremos aprender lo máximo posible de los demás. En este ocasión te mostraremos cómo preparar las tostadas perfectas, según los británicos, que están considerados los padres de este alimento.

A simple vista parece que con meter el pan en la tostadora y echarle la mantequilla y la mermelada resultará suficiente, pero se exigen una serie de condiciones. La tostada se compone de dos ingredientes esenciales como el pan y la grasa, pero a hora de servirla las posibilidades son muchísimas. Cada persona debe adaptarla a sus preferencias.

Hay que prestarle especial atención al pan. Lo habitual es que se empleen las rebanadas de pan de molde. Incluso en el mercado encontraremos distintas variedades, que van desde el integral, al de centeno pasando por el multicereal, entre otros. Sin embargo, para conseguir la tostada perfecta aconsejan que se haga con pan blanco, sobre todo porque si tiene semillas se podrían quemar y el calor además lo resecará.

En cuanto a la miga, procuraremos que sea espesa y que tenga un grosor adecuado que no sobrepase los dos centímetros y medio. Para algunos el pan de molde es el mejor, pero otros optarán por un pan de hogaza más casero y natural, que no tenga tantos conservantes. Lo puedes adquirir en cualquier panadería y lo más probable es que se conserve fresco durante unos cuantos días si lo guardas en un lugar fresco y seco.

También surge un debate sobre el lugar de preparación. Los que se levantan por la mañana con prisas y desayunan prácticamente de pie optan por meter el pan en la tostadora y en cuestión de segundos ya lo tienen listo para comer. Sin embargo, posiblemente se adquiera más sabor si se hace en una plancha, con un poco de mantequilla por los dos lados. Si quieres que la tostada te resulte más saludable sólo debes sustituir esta grasa por aceite de oliva.

Lo aconsejable sería utilizar pan del día, pero tampoco pasaría nada malo si se aprovecha el que tenemos en casa del día anterior y que aún se puede comer.

En cuanto al tostado, eso dependerá de lo que le guste a cada uno. Hay que evitar que se quemen, pero preferiblemente hay que conseguir que tenga un color entre marrón dorado y el tono de una hoja otoñal. Cuando ya tenga un aspecto ennegrecido lo mejor será que no la comas. Por cierto, la tostada hay que pasarla por los dos lados, nunca por uno solo.

En la medida de lo posible debe sacarse de la plancha o de la tostadora y comer con cierta rapidez, ya que si se enfría puede variar por completo su sabor. Cuando hagas varias tostadas colócalas sobre un plato de manera apilada para que conserven mucho mejor el calor.

En lo que se refiere a la mermelada o mantequilla que le eches a la hora de comerla, también dependerá de los gustos de cada uno.