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Causas, síntomas y tratamiento de la polimialgia reumática

La polimialgia reumática es un trastorno que se caracteriza por un excesivo dolor, así como una gran rigidez, en determinadas zonas del cuerpo como cuello, hombros y caderas. Dichos síntomas están causados por la inflamación de las articulaciones y los tejidos que las rodean.

A pesar de que dicha inflamación se puede dar en prácticamente todo el cuerpo. En la gran mayoría de pacientes se desarrolla en los hombros y las caderas.

Causas

Tanto el dolor como la rigidez propios de la polimialgia reumática están causados por la inflamación de las articulaciones y los tejidos que se encuentran a su alrededor. A pesar de las numerosas investigaciones que se han realizado, todavía no se conoce cuál es la causa exacta de esta enfermedad. No obstante, los expertos señalan factores ambientales y genéticos como principales responsables.

Síntomas de la polimialgia reumática

El síntoma que se repite en todos los pacientes que padecen polimialgia reumática es el dolor, el cual se da acompañado de la rigidez. Por lo general, los primeros indicios comienzan de forma repentina, aunque en determinados casos se desarrollan de forma paulatina.

La rigidez en la zona afectada es peor a primeras horas del día, así como durante la noche. Es por ello que un gran número de pacientes con este problema tienen graves trastornos del sueño, lo cual perjudica de forma notable a su calidad de vida.

Otros síntomas propios de esta enfermedad son: fatiga, cansancio sin razón aparente, pérdida de peso y fiebre.

Tratamiento para el PMR

Una vez diagnosticada la enfermedad mediante un análisis de sangre y otras pruebas médicas adicionales, el médico debe establecer el tratamiento más adecuado para la misma, el cual depende en gran medida de los síntomas y de la zona del cuerpo afectada, así como de las causas que han dado lugar a esta afección.

Por lo general, el tratamiento médico consiste en la administración de corticosteroides, los cuales ayudan a  reducir la inflamación y alivian la rigidez y el dolor. En la gran mayoría de los casos, los síntomas comienzan a remitir en unos pocos días tras la toma de la primera dosis.

Además, practicar ejercicio con regularidad ayuda a mejorar la flexibilidad de las articulaciones al mismo tiempo que fortalece los músculos.