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De peligrosa droga recreativa a terapia

Nuevos datos avalan el uso de la ketamina para la depresión grave

Identifican a los pacientes que mejor responden al tratamiento con ketamina

Una opción eficaz para los casos difíciles de tratar, según los expertos

La terapia con ketamina reduce rápidamente la depresión y los pensamientos suicidas

La ketamina pasó de ser un anestésico a “droga de abuso”, usada por parte de jóvenes y adolescentes en un contexto de consumo de drogas de síntesis.  Su patrón de consumo mayoritario era el de abuso de varias drogas (policonsumo).

En los últimos años, ha completado un ‘viaje de vuelta’ que ha confirmado su utilidad para tratar la depresión severa, destacando su efecto reductor de los intentos de suicidio en sujetos deprimidos. Entre los estudios más recientes, destaca uno que indaga en el tipo de paciente que se beneficiarían de la terapia en mayor medida.

Los autores han señalado a las personas con depresión severa y una historia de trauma infantil como los pacientes que muestran una respuesta más rápida y más robusta a la ketamina.

En el estudio que ahora se ha dado a conocer se incluyó a 300 personas que viven con depresión mayor, a las cuales se administró tres dosis de forma ambulatoria. La mayor parte de ellos eran varones, y su edad media era de  40 años. Además, los pacientes se caracterizaban por haber recibido dos tratamientos antidepresivos previos sin éxito.

La mejoría que mostraron fue muy acusada y rápida cuando la depresión era severa. Entre quienes la depresión no era grave, la mejoría fue gradual. Entre el primer grupo, quienes informaron de haber sufrido trauma o maltrato durante la infancia eran los más proclives a mostrar una respuesta rápida. Expertos de la Universidad de Harvard indican que los efectos documentados de la ketamina son: control del dolor, tendencia a olvidar las cosas y euforia, entre otros. El tratamiento está contraindicado en personas con antecedentes de esquizofrenia, quienes están en situación de riesgo de desarrollar abuso y personas con ciertas enfermedades cardiovasculares.

Numerosos estudios han mostrado que la ketamina, administrada en un entorno sanitario y con el debido control médico, es una terapia eficaz y segura.

No se sabe exactamente cómo funciona esta terapia, pero sí se ha visto que su acción es más rápida que la de otros antidepresivos, que pueden tardar entre seis y ocho semanas en tener efectos palpables.

Trastorno depresivo mayor

El trastorno depresivo mayor (TDM) es la enfermedad mental más frecuente, y una de las causas principales de años vividos con discapacidad en todo el mundo.

Un episodio depresivo mayor se caracteriza por durar al menos dos semanas consecutivas, con presencia casi diaria de al menos cinco de sus nueve síntomas: ánimo deprimido, pérdida de interés o placer, insomnio o hipersomnia, cambios de peso o apetito, retraso psicomotor o agitación, fatiga o pérdida de energía, sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva o inapropiada, disminución de la capacidad de concentración e ideaciones suicidas.