¿No puedes estar quieto?: quizá tengas acatisia
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Si no puedes quedarte quieto ni un segundo o conoces a alguien que sufre de este problema, tal vez no se trate de una incapacidad normal sino una enfermedad específica, la acatisia. Éste es un síndrome que se define por la necesidad incontenible de estar desplazándose.
Las personas que conviven con este trastorno únicamente se sienten en paz cuando se mueven y si en algún momento intentan quedarse inmóviles de inmediato se apodera de ellas la desesperación. Como lidiar con el malestar es casi imposible, deben recurrir a diferentes tratamientos médicos que no pueden ir en contra de los anteriores.
Qué es la acatisia
Es importante aclarar que esta afección no es habitual sino que suele darse como consecuencia del consumo de fármacos, una contraindicación presente en 3 de cada 10 pacientes con acatisia. Generalmente, esto lleva a los profesionales a considerarlos como la primera causa del problema e intentar cambiar el suministro para controlarlo.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que la acatisia está subdiagnosticada porque hay individuos que tienen este inconveniente de salud y que lo desestiman, creyendo que los síntomas existentes responden más al estrés o la ansiedad que a un síndrome en particular con características únicas.
¿Por qué se produce?
La acatisia es una afección relacionada con la necesidad de movimiento que está acompañada por una sensación personal y subjetiva de inquietud ante la parsimonia. Quiere decir esto que si la persona no se mueve automáticamente piensa que hay algo que no anda bien.
Este síndrome afecta la calidad de vida al impedirle al adulto mayor o joven permanecer en su sitio más de un minuto, lo que llamará la atención en aquellos ámbitos reservados en los que se supone que los presentes pasen desapercibidos, algo que va contra este trastorno.
En el caso de los ancianos es especialmente peligroso, ya que aumentan las probabilidades de una caída producto de los desplazamientos constantes y la inestabilidad que genera el paso del tiempo y la debilidad del cuerpo.
Tipos de acatisia
A su vez, puede clasificarse en varias clases, las siguientes:
- Aguda: asociada a la ingesta de remedios, y con una duración de menos de seis meses
- Crónica: asociada a la ingesta de remedios, pero con una duración de más de seis meses
- Tardía: aparece meses o incluso años tras haber comenzado con el remedio en cuestión
- Por abstinencia: aparece en las seis semanas posteriores a abandonar el tratamiento con remedios
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