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Ni una vez al día ni sólo en la cara: así deben aplicarse la crema solar los mayores de 70 años en verano

Durante los meses de verano, el nivel de exposición a los rayos solares tiende a intensificarse y con ello, los riesgos asociados al envejecimiento cutáneo se multiplican. En personas mayores de 70 años, cuya piel ha perdido elasticidad y capacidad regenerativa, colocarse crema solar se vuelve un hábito imprescindible para evitar daños acumulativos.

Y es que la crema solar, además de ser una herramienta preventiva frente al cáncer de piel, es esencial para reducir síntomas comunes como la resequedad, las manchas oscuras o la aparición de lesiones escamosas. Sin embargo, no basta con aplicarla una sola vez al día o limitar su uso al rostro: el abordaje debe ser más completo.

 ¿Cómo deben aplicarse la crema solar los mayores de 70 años en verano?

Contrario a la creencia habitual, no basta con aplicar crema solar una vez al día o sólo en zonas visibles. Para una protección eficaz, se deben seguir estas pautas:

  1. Aplicar la crema 30 minutos antes de la exposición solar: esto permite que la piel la absorba adecuadamente.
  2. Usar una cantidad suficiente: al menos 33 gramos por aplicación, lo que equivale a siete cucharaditas distribuidas así:

Una vez ya aplicado, se debe repetir el proceso cada dos horas, incluso en días nublados o con poca exposición directa. También debe reaplicarse después de nadar, sudar o secarse con una toalla.

Una cuestión importante a tener en cuenta en este sentido que la etiqueta «resistente al agua» en una crema solar indica que mantiene su efectividad hasta 40 minutos dentro del agua. Después de ese período, es necesario volver a aplicarla.

¿Por qué es crucial usar crema solar después de los 70 años?

Con el paso del tiempo, la piel experimenta cambios visibles y estructurales. La aparición de manchas por la edad, también conocidas como lentigos solares, se asocia directamente con una exposición solar prolongada a lo largo de los años. Estas manchas suelen localizarse en la cara, manos, antebrazos, espalda y piernas.

Asimismo, las verrugas seborréicas (proliferaciones cutáneas de tono carne y superficie rugosa) aumentan su incidencia en la vejez. Aunque son benignas, pueden irritarse y causar molestias, especialmente si no se protege adecuadamente la piel.

La exposición solar sin protección también es un factor determinante en el desarrollo de queratosis actínica, una lesión precancerosa que puede evolucionar en algunos casos a carcinomas.

Esta condición es frecuente en personas mayores y se presenta como zonas ásperas, secas y escamosas que requieren control dermatológico.

Prevención del cáncer de piel y otros daños cutáneos

El uso constante de crema solar de amplio espectro (contra rayos UVA y UVB) puede prevenir la aparición de diversos tipos de cáncer de piel. Los más frecuentes en mayores son:

Los carcinomas suelen aparecer en áreas expuestas como cara, cuello, orejas y manos. En cambio, el melanoma puede surgir en cualquier parte del cuerpo. La revisión mensual de la piel, con atención a lunares o manchas que cambien en forma, color o tamaño, es clave.

Para identificarlos, puede usarse el sistema ABCDE:

Si se detecta alguna de estas características, se recomienda acudir al dermatólogo.

Beneficios adicionales del uso continuado de crema solar

Además de prevenir enfermedades graves, la crema solar también cumple funciones complementarias:

La elección de una crema solar con ingredientes hidratantes puede aportar un beneficio añadido en estos casos. Por último, cabe remarcar que existen fórmulas específicas en el mercado para piel madura que combinan protección solar con componentes emolientes.