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Migraña: La falta de diagnóstico y la automedicación facilitan su cronificación

Un diagnóstico y tratamiento precoz de la migraña ayudaría a disminuir su cronificación, comorbilidad, discapacidad y los costes que genera

El desarrollo de los anticuerpos monoclonales anti-CGRP el que ha supuesto un cambio de paradigma en el tratamiento de la migraña por su posología más cómoda, su eficacia y tolerabilidad

La migraña es mucho más que un simple dolor de cabeza. Es la patología neurológica más frecuente en Atención Primaria y la tercera enfermedad más común que, además, se ceba especialmente con las mujeres (afecta tres veces más que a los hombres). El diagnóstico de la migraña aparece en pleno momento vital: entre los 15 y 49 años coincidiendo con el desarrollo familiar, académico y laboral. En concreto, esta patología afecta a más de cinco millones de personas y más de 1,5 padecen dolor de cabeza más de 15 días al mes, provoca que más del 50% de los pacientes presenten un grado de discapacidad grave o muy grave que afecta a todas las esferas de su vida. Estas son algunas de las conclusiones que expusieron un grupo de expertos y pacientes en el I Seminario Lundbeck de Migraña, «La Vida Ininterrumpida».

Para conocer cuáles son los síntomas de la migraña y cómo reconocerlo, el doctor Jesús Porta-Etessam, jefe de Sección de Neurología en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid explica que, de entrada, estos pacientes «tienen un cerebro distinto, un cerebro migrañoso. La cefalea es uno de los síntomas, pero se pueden presentar náuseas y vómitos, molestias ante toda actividad y estímulos como la luz o el ruido. Además, las personas con migraña pueden padecer cuadros de vértigo con más frecuencia que el resto de la población y mayor riesgo de tener otras enfermedades».

A pesar de lo que se pueda pensar, los factores desencadenantes de la migraña «no son la causa de las crisis, aunque hay algunos frecuentes como relajarse tras el estrés o los cambios de tiempo u hormonales». En cualquier caso, continúa el doctor, “la mayoría tiene los suyos específicos e, incluso, hay quien no describe ninguno”.

Un dolor de cabeza infradiagnosticado

Uno de los problemas que acarrea la migraña es la falta de diagnóstico: bien porque confunden con otros tipos de dolor de cabeza, no se busca atención especializada e, incluso, los propios pacientes consideran que es un problema sin solución y se automedican.

En concreto, hasta el 30% de las personas con migraña o cefaleas dudan a la hora de buscar ayuda médica, pero ¿cuáles son los motivos? El principal para el 9,1% que no cree que sea lo suficientemente serio o doloroso; el 7% piensa que los medicamentos u otros tratamientos sin receta médica funcionan lo suficientemente bien; el 6,9% quiere manejarlo por su cuenta y el 6,6% teme que su dolor de cabeza no se lo tomen en serio.

En este sentido, el doctor Porta-Etessam advierte de que la automedicación y el uso excesivo de fármacos para la sintomatología de las crisis de migraña deben tenerse en cuenta, «especialmente el uso de opiáceos y analgésicos simples que, además de ser poco eficaces, podrían facilitar la cronificación. Por ello, el especialista recomienda “consultar con un neurólogo para valorar un tratamiento preventivo adecuado si aumenta la frecuencia, duración de crisis o no se responde al tratamiento».

Los expertos calculan que el diagnóstico puede retrasarse más de seis años tras su paso por Atención Primaria y especializada. Aun así, no todos llegan ni tienen acceso a Unidades de Cefaleas que, además, no están presentes en todas las comunidades autónomas.

La doctora Patricia Pozo-Rosich, jefa de Sección de Neurología y responsable de la Unidad de Cefalea del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona está convencida de que ese retraso diagnóstico se debe a un problema multifactorial «ya que los pacientes no siempre consultan y, cuando lo hacen, los médicos no siempre les hacen caso por lo que se sienten poco atendidos y tratados». Y recuerda la experta que “entre los neurólogos existe también falta de interés sobre esta patología y escasez de profesionales, lo que se traduce en una falta de priorización del sistema”.

Tratamiento «a la carta»

No hay duda de que un correcto tratamiento para la migraña supone un antes y un después para los afectados mejorando considerablemente su calidad de vida. Los expertos coinciden en que una estrategia terapéutica eficaz combina medidas farmacológicas y no farmacológicas. Tras los tratamientos orales utilizados hasta ahora para la prevención de la migraña, medicamentos no diseñados específicamente para prevenir esta enfermedad, se han desarrollado nuevas opciones terapéuticas más específicas y mejor toleradas, pero sido el desarrollo de los anticuerpos monoclonales anti-CGRP el que ha supuesto un cambio de paradigma en el tratamiento de la migraña por su posología más cómoda, su eficacia y tolerabilidad.

En este sentido, la doctora Pozo-Rosich afirma que «los anticuerpos monoclonales anti-CGRP son un tratamiento diseñado para la migraña, pensado en su fisiopatología, además de se ser rápido, eficaz y tolerable garantizando la adherencia al tratamiento».

En España, los anti-CGRP están indicados para la prevención de la migraña en adultos con al menos 4 días de migraña al mes y su financiación se restringe a personas con ocho o más crisis al mes, con tres o más fracasos de tratamientos utilizados previamente durante al menos tres meses, por lo que, en la práctica clínica, su uso queda relegado a las últimas líneas de tratamiento.

A diferencia de los tratamientos preventivos orales, la respuesta terapéutica se inicia de forma muy temprana, ya en la primera semana, e incluso antes, desde el primer día como sucede tras la utilización de eptinezumab, el único anti-CGRP de administración intravenosa trimestral, que se ha incorporado recientemente al arsenal terapéutico para el manejo preventivo de la migraña en España, que también ha demostrado un efecto sostenido en las reducciones de días de migraña al mes. «eptinezumab aporta rapidez y un efecto sostenido, además de garantizar la correcta administración por parte de un profesional sanitario cada 12 semanas».

Una enfermedad con gran impacto vital

La doctora Carmen González Oria, coordinadora del Plan Andaluz de Cefaleas y jefa de Sección de Neurología en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, explica que «la migraña puede llegar a suponer retrasos en los embarazos, tomar la decisión de no tener hijos o reducir el número de los deseados. Las personas con migraña sufren mucho porque su enfermedad puede condicionar la vida de su familia. Presentan ansiedad anticipatoria a las crisis, a veces no gestionan bien el dolor y, si las crisis son frecuentes, pueden tener comorbilidad psiquiátrica asociada con una merma de su bienestar personal».

El 32,7% de los afectados refieren que la enfermedad ha repercutido en su carrera profesional y el 22,8% tienen miedo a perder su trabajo, mientras que los estudiantes universitarios consideran que la migraña repercute negativamente en su expediente académico.

En este sentido, la doctora González Oria aclara que «la población trabajadora llega a perder su empleo o no puede ascender por padecer migraña, mientras que los estudiantes pierden días lectivos por la enfermedad y cuando asisten con crisis tienen una disminución del rendimiento».

Otro aspecto nada desdeñable es el alto impacto económico que tiene la enfermedad. Según el Proyecto Eurolight, encuesta realizada en 10 países europeos, los costes directos e indirectos atribuibles a la migraña se sitúan en 111.000 millones de euros al año. Por ello, «el coste de la migraña se reduciría con un diagnóstico precoz y con el tratamiento sintomático adecuado de las crisis para reducir la discapacidad que provocan. La fluidez en la ruta asistencia, la llegada precoz a las Unidades de Cefalea y el uso también precoz de fármacos preventivos de segunda línea llevaría a una reducción de la frecuencia de crisis y de la discapacidad. Todo esto derivaría en una menor cronificación, comorbilidad asociada y discapacidad, lo que reduciría los gastos directos e indirectos».

Una vida ininterrumpida

Si hay algo que caracteriza a la migraña es que de una forma u otra interrumpe la vida de los afectados y esto bien lo sabe y lo sufre Inmaculada Martín, secretaria de la junta directiva de AEMICE y delegada de Andalucía. «Cuando tienes un ataque de migraña que te incapacita hasta tener que meterte en la cama y anular todo lo que estabas haciendo, ya sea ausentarte del trabajo, dejar de ir a una cena con amigos o no asistir a la graduación de tu hija, la gente cuestiona el impacto de la enfermedad. La sociedad banaliza la migraña porque lo considera un dolor de cabeza común».

Por ello, continúa, para combatir esta situación, cree necesario “concienciar y visibilizar la migraña para que sea percibida como lo que es: una enfermedad neurológica”. Y es que «los organismos públicos deben reconocer la migraña como una enfermedad crónica y discapacitante para dotar de protección social a los afectados».

Por último, su consejo para quienes acaban de recibir un diagnóstico es: «informarse bien sobre la enfermedad porque ayudará a comprenderla y a manejarla mejor, mantener una comunicación fluida con su médico y un estilo de vida saludable».