Los mejores momentos del día para tomar agua

Algo más de un 70% de nuestro organismo se compone de agua. Este líquido resulta de vital importancia para nuestra vida, ya que sin él acabaríamos deshidratados y moriríamos.  La pérdida de un 2% de agua en nuestro cuerpo puede provocar a corto plazo incoherencias en la memoria y dificultad para concentrarse. Estamos cansados de escuchar muchas cosas en cuanto a las recomendaciones sobre su consumo. Que hay que repartir las tomas durante todo el día, beber al menos un par de litros, hacerlo en ayunas, etc. En este artículo te detallamos cuáles son los mejores momentos del día para tomar agua.

Nada más levantarse de la cama y media hora  antes del desayuno se recomienda consumir un par de vasos de agua para eliminar los desechos que se originan en el organismo durante la noche y además el agua ayudará a activar los órganos internos.

Antes de cada comida también se aconseja tomar un vaso de agua para realizar correctamente la digestión. Mucha gente hace esto, además, para llenar el estómago y saciarse antes a la hora de sentarse a comer. Con el estómago repleto de agua tendrás menos apetito.

Entre las distintas comidas que hagas a lo largo de la jornada pueden transcurrir unas 3 o 4 horas. En ese tiempo habría que beber uno o dos vasos de agua para permanecer bien hidratados. Cometerías un grave error si pensases que los dos litros de agua u ocho vasos que se aconsejan se tomasen únicamente durante las comidas, a modo de acompañamiento de los platos. Piensa que cuando tienes sed a cualquier hora del día supone el primer aviso de deshidratación.

Antes de meterte en la cama, otro vaso de agua también sería aconsejable para limpiar el organismo y evitar así posibles ataques al corazón. Hay otras situaciones en las que también tendría un vaso de agua, como por ejemplo antes de darnos un baño o ducha. Esta bebida contribuye a reducir la tensión arterial.

En lo que se refiere a la cantidad concreta a beber de agua, ésta podría variar en función del sexo y de la edad de cada persona, pero lo adecuado sería entre 1,8 y 2 litros en el caso de los niños, y entre 2 y 2,5 litros para las personas adultas. Estas cifras se incrementarían para los deportistas, que al sudar más pierden bastante líquido y necesitan reponerlo para no acabar deshidratado. La clave está consumir el agua antes, durante y después del ejercicio.

Resulta muy importante mantener el cuerpo correctamente hidratado, pero si nos excedemos también puede ser perjudicial para el organismo.