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Médicos de prisiones denuncian su crítica situación: «Sólo podemos atender las urgencias»

La situación llega al punto de que se convocaron cien plazas de médicos de prisiones y sólo se cubrieron 14

Esto afecta a morbimortalidad (las tasas de muertes) de una población reclusa que ya de por sí es marginal

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

Los médicos de prisiones han denunciado que sólo una cuarta parte de las plazas en las cárceles españolas están cubiertas, de manera que en los centros penitenciarios solamente pueden «atender las urgencias». Así lo ha explicado el presidente de la Sociedad Española de Sanidad penitenciaria (SESP), José Joaquín Antón Basanta, quien ha presentado el XV Congreso Nacional de esta Sociedad.

La sanidad penitenciaria está transferida al País Vasco, Navarra y Cataluña, pero no a las otras 14 autonomías. Así, Antón Basanta, que trabaja en la prisión de Albolote (Granada) ha denunciado que en las 14 autonomías no transferidas no hay médicos suficientes para atender a los reclusos.

En cifras, no llegan ni a un cuarto las plazas de médicos de prisiones cubiertas: de los 500 previstos que hay en la relación de puestos de trabajo, actualmente solo se ocupan unas 120 de ellas.

La situación llega al punto de que se convocaron cien plazas de médicos de prisiones y sólo se cubrieron 14. El motivo es que a los médicos ahora «no les falta trabajo», pueden elegir, y en prisiones cobran casi mil euros menos que en otros lugares.

La consecuencia es que muchas prisiones tienen un médico o ninguno, y se atienden las urgencias, a veces por vía telemática, y desde las enfermerías se deriva a los enfermos a los hospitales.

Esto afecta a morbimortalidad (las tasas de muertes) de una población reclusa que ya de por sí es marginal, y afecta a la salud de la población general: «Si a un paciente en la cárcel no le tratas la tuberculosis, cuando salga la va a contagiar».

Por ello, ha pedido más atención y medios para la sanidad penitenciaria para que se recuperen los estándares de calidad que tenían antes.

Además, ha cambiado el perfil de los internos, que antes eran muy marginales, con usuarios de drogas por vía intravenosa, mientras que ahora han variado los hábitos y hay muchas más politoxicomanías.

En cambio, sobre los suicidios en prisión, ha explicado que, a pesar de que muchos de los reclusos tienen factores de riesgo, las tasas de suicidio en las prisiones españolas son muy inferiores a las de otros países europeos como Suiza, Francia o los nórdicos.