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Maltrato infantil cero en Madrid: Atención Primaria incorpora un protocolo para su detección temprana

El procedimiento ha sido elaborado por un grupo de profesionales de distintas categorías de Atención Primaria y Hospitalaria

El nuevo protocolo incluye desde los casos de riesgo leve a los graves

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

El maltrato infantil es un problema con graves consecuencias que se arrastrará durante toda la vida. Un problema que puede ser detectado a tiempo si hay protocolos estrictos para ello y si una vez reforzado el sistema se actúa con rapidez y rigor. Por ello, Atención Primaria puede ser un eslabón de esta cadena fundamental para evitar estos sucesos en la infancia. La Comunidad de Madrid ha activado en los centros públicos de salud un nuevo protocolo que refuerza la protección de los menores.

El objetivo de esta iniciativa es mejorar la detección temprana de presuntos casos de maltrato infantil, en todas sus manifestaciones, así como agilizar la comunicación y lograr una mayor coordinación entre las administraciones implicadas en este ámbito.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el maltrato infantil se define como los abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18 años. Incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder. La exposición a la violencia de pareja también se incluye a veces entre las formas de maltrato infantil.

El procedimiento ha sido elaborado por un grupo de profesionales de distintas categorías de Atención Primaria y Hospitalaria, partiendo de las necesidades que se plantean en las consultas, según ha indicado el Gobierno regional.

En el mismo se incluye un documento para toda la red del primer nivel asistencial de la sanidad pública madrileña con indicadores actualizados que permiten notificar oficialmente la sospecha de que un paciente pediátrico sufre alguna manifestación de maltrato.

Y es que, el maltrato infantil tiene a menudo graves consecuencias físicas, sexuales y psicológicas a corto y a largo plazo, entre ellas lesiones (traumatismos craneoencefálicos y graves discapacidades, especialmente en niños pequeños), estrés postraumático, ansiedad, depresión e infecciones de transmisión sexual (ITS), incluida la infección por el VIH.

En concreto, violencia física, emocional, sexual o a través de las redes sociales; negligencia en los cuidados; abuso de nuevas tecnologías; sumisión química; mutilación genital femenina; trata y explotación sexual, o pertenencia a bandas delictivas.

En edades tempranas, estas realidades pueden afectar al rendimiento escolar de los niños, generarles trastornos del comportamiento, adicciones o problemas de salud mental. También pueden condicionar su etapa adulta, tanto en el ámbito personal como laboral, siendo incluso susceptibles de repercutir en la carga genética que se transmite a futuras generaciones. En cambio, las experiencias positivas en la infancia, como sentir el interés de los profesionales de la salud por su estado, pueden compensar estas dificultades.

La redacción de estos partes de notificación puede ser cumplimentada por cualquier categoría sociosanitaria de los centros de salud: médicos de familia, pediatras, profesionales de Enfermería, odontólogos, higienistas dentales, matronas, fisioterapeutas, psicologías y trabajadores sociales. Constituye, para ello, una obligación ética y legal.

El nuevo protocolo incluye desde los casos de riesgo leve a los graves, cuya atención se coordina a través del trabajador social del centro de salud, que es el nexo de unión entre el sistema público sanitario y social. En este sentido, Atención Primaria constituye un nivel sanitario clave en la detección de estos fenómenos gracias a la cercanía con su población y la facilidad de acceso a sus consultas.