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Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS)

Investigadores españoles hallan una nueva vía para controlar el VIH sin necesidad de fármacos

En el estudio participaron diez personas que habían contraído el VIH recientemente

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

Las personas con el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) necesitan tomar terapia antirretroviral de por vida (TAR) para poder controlarlo. Aunque este tratamiento no cura la enfermedad, suprime su replicación y ayuda a mantener una carga viral indetectable y permitiendo un mejor funcionamiento del sistema inmunológico. Actualmente, se están llevando a cabo, desde distintos abordajes terapéuticos, investigaciones que logren que las personas con VIH puedan controlar el virus sin necesidad de tomar TAR continuamente.

En esta línea, los grupos de investigación Infección por VIH y farmacocinética de antivirales e Inmunovirología del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS) han avanzado en el estudio de alternativas mediante el uso de anticuerpos monoclonales. Reyes Jiménez León y Carmen Gasca Capote, principales autoras del trabajo, han explicado estos avances tan significtivos.

Uno de los enfoques clave de esta investigación es el uso de un anticuerpo monoclonal, ya empleado en el tratamiento de enfermedades como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. Este anticuerpo se dirige a una de las células primarias que el VIH infecta: los linfocitos CD4+. La diana es la molécula a4B7, que guía a estas células hacia el intestino, uno de los principales sitios de replicación del VIH. Además, como el propio virus contiene esta molécula, el anticuerpo puede unirse directamente a él, ofreciendo también un efecto antiviral directo.

En el Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, dentro de la Unidad Clínica de Enfermedades Infecciosas y la Unidad de Ensayos Clínicos Fase I/II, se llevó a cabo un ensayo clínico para explorar esta estrategia. En el estudio participaron diez personas que habían contraído el VIH recientemente, quienes recibieron durante seis meses tanto la terapia antirretroviral como el anticuerpo monoclonal Vedolizumab. Después, se interrumpió el tratamiento para observar los efectos.

Aunque ninguno de los participantes consiguió controlar completamente el virus, seis de ellos lograron mantenerse sin TAR durante seis meses adicionales, sin que sus cargas virales en sangre obligaron a retomar el tratamiento, según los parámetros del estudio. Además, en estos individuos el virus tardó más tiempo en rebotar en comparación con los resultados históricos de interrupciones terapéuticas.

Este estudio, cuyos resultados fueron publicados en la revista JCI Insight con la colaboración de entidades públicas y privadas tanto nacionales como internacionales, demostró el papel crucial de la molécula a4B7 en la caracterización del reservorio del VIH en los tejidos. Se observó que, aunque Vedolizumab bloqueaba las moléculas de a4B7 en la sangre periférica, en algunos casos no lograba hacerlo completamente en el intestino. Estos niveles no bloqueados se asociaron con la cantidad de virus presente en los tejidos, un hallazgo clave para el tratamiento del VIH, ya que para eliminar la infección es vital localizar y actuar sobre las células que albergan el virus de forma latente.

El estudio también reveló que la molécula a4B7 está relacionada con la persistencia del VIH en el cuerpo, y su bloqueo, en combinación con otras estrategias, podría reducir significativamente el reservorio del virus. Además, a4B7 está vinculado con la expresión de otras moléculas inmunológicas, como PD1 y TIGIT, que están siendo investigadas tanto en tratamientos contra el cáncer como en estrategias inmunoterapéuticas para combatir el VIH.

Ezequiel Ruiz-Mateos Carmona, líder del grupo de Inmunovirología del IBiS, concluye que «Vedolizumab, en combinación con otros tratamientos, podría ser una herramienta prometedora en la búsqueda de una cura para el VIH-1».