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Hafefobia: la fobia de moda por culpa del coronavirus

Entre las consecuencias que está dejando la epidemia actual del coronavirus, está el miedo a contactar físicamente con otras personas, lo que se denomina hafefobia. ¿En qué consiste?

La hafefobia es el miedo irracional a ser tocado por otra persona. El contacto físico interpersonal se considera una invasión al espacio personal. Como en todas las fobias, la respuesta de quienes la padecen es desproporcionada e irracional. Se trata de ataques de pánico que pueden llegar a extremos inimaginables para el resto de las personas. Lo que dificulta de manera significativa cualquier interacción social, incluso familiar.

Esta patología se consideraba inusual. Dentro de la lista de las ‘repulsiones clínicas’, era una de las menos citadas. En la actualidad está muy en plena actualidad, debido al temible coronavirus. Por lo que psicólogos y psiquiatras buscan llamar la atención de la población, antes de que se convierta en un nuevo problema de salud mundial.

No tocar

La rápida expansión del nuevo coronavirus se debe a la capacidad que tiene para transmitirse de persona a persona. Muchos de los infectados ni siquiera saben que están enfermos, de estima que poco menos de la mitad de los diagnósticos pertenecen al grupo de los asintomáticos. Lo que supone otro problema: a pesar de la crisis mundial, es una patología infradiagnosticada.

El alto número de contagiados que no muestran ningún síntoma es la principal causa de que se haya llegado al estado de pandemia. Además, otra de las características del Covid 19 es que se traslada de una superficie a otra fácilmente. Incluyendo la piel humana y las prendas de vestir.

Es imposible saber cuándo se ha entrado en contacto con un objeto o con una persona contaminada. Tampoco está del todo claro el tiempo que el virus permanece activo. Sobre materiales metálicos y bajo ciertas temperaturas, puede ser hasta tres días.

Demasiada incertidumbre

La falta de certezas, en combinación con el alto número de afectados y de víctimas mortales, es lo que ha disparado algunas situaciones irregulares. Como el pánico que sufren muchos a que los toquen.

Algunos especialistas señalan que hay una delgada línea entre tener miedo y padecer un trastorno. Lo primero es una respuesta natural frente a un escenario que genera preocupación. Se trata de una conducta adaptativa que aparece cuando hay una situación de peligro real. El problema aparece cuando los temores dejan de ser adaptativos y se convierten en constantes.

Con la crisis sanitaria todavía muy presente, muchos países están llegando a lo más alto de la segunda ola. Y sin certezas de cuándo estará lista una vacuna, el riesgo de que el miedo al contacto físico pase a ser algo habitual es bastante alto.

Qué hacer para no caer en la ‘moda’ de la hafefobia

En la actualidad el mundo atraviesa una situación de peligro real. De ahí que sea necesario hacer esfuerzos para no caer víctima del pánico generalizado, ni autodiagnosticarse de sufrir hafefobia. Las fobias no son cosa de juegos. Hay que ocuparse de cumplir las medidas básicas de prevención y, por el momento, respetar el distanciamiento social.