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Oído

El funcionamiento básico del oído

Desde pequeños nos hemos acostumbrado a escuchar con nitidez todo lo que nos rodea. Pero ¿cuál es el funcionamiento básico del oído?

  • Francisco María
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La capacidad de captar sonidos es parte fundamental del correcto desenvolvimiento de las personas. Escuchar todo lo que ocurre alrededor facilita la compenetración con el entorno y con el mundo en general. El funcionamiento básico del oído se ha venido estudiando desde hace siglos, con la idea no solo de entender todo el proceso auditivo. También para aumentar los niveles de salud y bienestar de la sociedad.

Pero de este órgano no solo depende oír. El equilibrio y la capacidad de permanecer de pie y moverse es posible gracias a la configuración interna del oído. Por ello, cuando alguien acude al médico con mareos frecuentes, uno de los primeros puntos en donde el especialista centrará su atención será en el sistema vestibular.

Anatomía

La forma más sencilla de entender su funcionamiento es recorriendo toda su configuración. Lo que está a la vista se le conoce como oído externo. Su función: capturar los sonidos que viajan en el aire y conducirlos por el pabellón auditivo hasta el oído medio.

En esta zona se ubica el tímpano. Esta es una membrana que entra en movimiento cada vez que es alcanzado por una onda y a su vez pone a trabajar a tres osículos identificados como martillo, estribo y yunque. Este trío envía la información hacia el oído interno. Allí es donde se generan las señales nerviosas que viajan hasta el cerebro gracias al nervio auditivo.

Funcionamiento oído – equilibrio

El oído interno está formado por unos canales que guardan sensores encargados de facilitar el equilibrio. También dentro de esta área se encuentran el utrículo y el sáculo, estructuras que resguardan otras células sensoriales y octacina. Se trata de dos pequeñas piedras responsables de controlar la alineación de la cabeza, atendiendo para ello la presión ejercida por la fuerza de gravedad y todos los movimientos horizontales y verticales.

Un sistema frágil

El sentido del oído es sumamente delicado. Su posición lo hace especialmente susceptible en casos de virus que afecten a la garganta y produzcan infecciones en las vías respiratorias. También puede verse afectado por alergias, el humo del tabaco, cambios en la presión atmosférica y de altitud. De hecho, son frecuentes los casos de otitis que se detectan luego de un viaje en avión.

Para evitar complicaciones se deben seguir una serie de cuidados básicos. Como ejemplos, evitar la exposición continua a ruidos fuertes o escuchar música con auriculares con un volumen. muy elevado.

Una muy mala costumbre es limpiarse la cera que se forma en los oídos. Incluso usando para ello hisopos con puntas de algodón. Si el exceso de cerumen genera alguna molestia, esto debe ser revisado por un especialista.