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Enfermedad silenciosa: la mala salud dental es un factor de riesgo para la salud mental

Las personas mayores y dependientes son especialmente vulnerables a esta conexión entre la salud dental y la salud mental

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

La salud mental y la salud dental están fuertemente vinculadas, una realidad que a menudo pasa desapercibida, pero que es de vital importancia para el bienestar general de las personas. En particular, el dolor crónico derivado de problemas dentales no tratados puede convertirse en un factor de riesgo significativo para la salud mental, generando un ciclo de malestar que afecta la calidad de vida.

El dolor es una experiencia subjetiva, pero cuando se torna crónico y constante, como puede ser el caso de una muela cariada o un diente infectado, sus efectos van más allá de lo físico. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que el dolor crónico, incluyendo el dolor dental, puede llevar a trastornos del estado de ánimo, ansiedad y depresión. Este dolor incesante no solo mina la capacidad de disfrutar de la vida cotidiana, sino que también, afecta el sueño, el apetito y la capacidad para relacionarse con los demás.

El dolor dental crónico puede convertirse en una barrera para la socialización, generando un aislamiento que, con el tiempo, contribuye a la aparición de trastornos mentales. La constante preocupación por el dolor, la incomodidad al hablar o al comer y la falta de descanso adecuado son factores que pueden desencadenar o agravar problemas de salud mental. Además, el dolor crónico puede alterar la percepción que una persona tiene de sí misma, reduciendo su autoestima y aumentando la sensación de desesperanza.

Personas mayores

Las personas mayores y dependientes son especialmente vulnerables a esta conexión entre la salud dental y la salud mental. Con frecuencia, los adultos mayores presentan un mayor número de problemas bucales no tratados, debido a la dificultad para acceder a tratamientos odontológicos, la falta de movilidad o la creencia de que los problemas dentales son inevitables con la edad. Este descuido puede derivar en problemas serios como infecciones, pérdida de piezas dentales y dolor crónico, lo cual impacta negativamente en su salud mental. Por ello, describimos los impactos más relevantes de esta enfermedad silenciosa que causa problemas mentales:

Impacto Psicológico y Social:

Problemas dentales visibles, como caries, dientes faltantes, mal aliento o enfermedad periodontal, pueden afectar negativamente la autoestima y la confianza en uno mismo. Estos problemas pueden llevar a la ansiedad social y a evitar situaciones en las que la persona tendría que interactuar con otros, lo que puede resultar en aislamiento social.

Dolor Crónico:

Las enfermedades bucales pueden causar dolor crónico, como en el caso de la enfermedad periodontal avanzada o los abscesos dentales.
El dolor constante puede contribuir a la irritabilidad, la dificultad para dormir y, en casos severos, puede conducir a trastornos de salud mental como la depresión y la ansiedad.

Depresión y la Ansiedad 

Las personas con depresión y ansiedad pueden descuidar su higiene oral, lo que agrava los problemas dentales. La depresión puede llevar a la falta de motivación para realizar tareas diarias, incluida la limpieza bucal, y el estrés crónico puede aumentar la susceptibilidad a enfermedades inflamatorias, incluida la enfermedad de las encías.

Relación Bidireccional:

Estudios han demostrado que existe una relación bidireccional entre la salud bucal y la salud mental: la mala salud bucal puede afectar la salud mental y, a su vez, la mala salud mental puede llevar a un deterioro en el cuidado dental. Por ejemplo, el estrés crónico y los trastornos de ansiedad pueden llevar a hábitos como el bruxismo (rechinar de dientes), que puede dañar los dientes y la mandíbula.

 Uso de Medicamentos:

Algunos medicamentos utilizados para tratar trastornos mentales, como antidepresivos y antipsicóticos, pueden causar sequedad en la boca (xerostomía), lo cual aumenta el riesgo de caries y enfermedad periodontal.
Además, ciertos medicamentos pueden afectar la higiene bucal por sus efectos secundarios en la coordinación motora o en la sedación.

Impacto en Niños y Adolescentes:

En niños y adolescentes, los problemas dentales pueden impactar su desarrollo social y emocional. Pueden enfrentarse a burlas o a sentir vergüenza por el aspecto de sus dientes, lo que puede tener un efecto duradero en su autoestima y salud mental.
Conclusión

La conexión entre la salud bucal y la salud mental subraya la importancia de un enfoque holístico para el cuidado de la salud. Es fundamental que los profesionales de la salud dental y mental trabajen juntos para identificar y tratar estos problemas de manera integrada. Mejorar la salud bucal puede tener un impacto positivo no solo en la apariencia física y la función, sino también en el bienestar psicológico y la calidad de vida en general.

En este contexto, la clínica odontológica Sermade se destaca por su compromiso con el bienestar integral de estas personas, proporcionando atención odontológica especializada que aborda los problemas dentales y toma en cuenta las necesidades emocionales y mentales de sus pacientes. La clínica entiende que un enfoque centrado en la persona es esencial para mejorar la calidad de vida y prevenir el deterioro mental asociado con el dolor crónico.