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Psiquiatra

Dr. Javier Olivera: «La gente con depresión no siempre comunica tristeza»

"En las mujeres se manifiesta muchas veces con síntomas como dolor o problemas de concentración y memoria"

"Los síntomas también pueden ser muy sutiles y, cuando nos damos cuenta, han transcurrido meses y la paciente ya sufre un deterioro funcional"

En 2020 se diagnosticaron 53 millones de trastornos depresivos

El doctor Javier Olivera es psiquiatra y responsable del Programa de Psicogeriatría del Hospital Universitario San Jorge y del Hospital Provincial Sagrado Corazón de Huesca. Ha intervenido recientemente en el XX Seminario Lundbeck dedicado a la depresión, donde ha explicado sus síntomas menos evidentes y la importancia de abordar la enfermedad para evitar el deterioro de la salud cardiovascular, inmune y cognitiva de los pacientes, que puede incrementar el riesgo de mortalidad.

PREGUNTA.- Si a una persona le preocupa el estado de salud de alguien mayor, ¿qué signos pueden ayudarle a diferenciar una melancolía o una tristeza circunstancial de una enfermedad, un problema de salud mental?

RESPUESTA.-Se observan diferencias o quizá indicios de depresión que la hacen diferente de un estado de tristeza que podemos considerar «normal» y una depresión. En la depresión suele producirse una afectación de la vida cotidiana. La persona puede abandonar actividades que antes disfrutaba. Uno de los signos puede ser, en una persona mayor, que deje de disfrutar de los nietos o de las reuniones familiares, por ejemplo. Tienden a aislarse, y son elementos que hacen que se pueda intuir que estamos ante una depresión y no frente a una tristeza reactiva, que sería la que se produce por situaciones a las que nos enfrentamos en la vida.

P.- En su presentación durante el reciente Seminario Lundbeck sobre depresión, decía que esta enfermedad «aumenta el riesgo de sufrir otras patologías orgánicas como enfermedades del corazón, diabetes, cáncer, obesidad y deterioro cognitivo» ¿Cuáles son estos riesgos?

R.- La depresión reduce la inmunidad, hace que aumente el estrés. Además, el desánimo emocional puede conducir a otros problemas, como el descuido de la alimentación, la obesidad… La depresión está asociada con un incremento de la mortalidad.

P.-¿Puede hablarnos de sus fundamentos químicos y sociales de la depresión en mujeres?

R.- El trastorno depresivo mayor es una enfermedad grave, que se traduce en abandono de los cuidados de la salud, aislamiento y pérdida de funcionalidades, además del aumento de mortalidad. Precisamente en las mujeres se manifiesta muchas veces con síntomas como dolor (es habitual que las pacientes se refieran a dolores de cabeza). Otras veces se manifiesta con problemas de concentración y memoria. Cuando esa afectación es severa se puede llegar a hablar de pseudodemencia, que es un estado de deterioro cognitivo que en realidad no se debe a las demencias que conocemos, sino a la depresión. Los síntomas también pueden ser muy sutiles y, cuando nos damos cuenta, han transcurrido meses y la paciente ya sufre un deterioro funcional. La gente con depresión no siempre comunica tristeza, las señales son diversas.

P.- ¿Cuál es la mejor manera de abordar la enfermedad, en un escenario ideal en el que se contara con todos los medios deseables?

R.- El abordaje de la depresión tiene que ser global. Por una parte, en las formas graves son necesarios los fármacos. Los antidepresivos han salvado vidas. No obstante, es fundamental