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Jefe del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Vithas Madrid La Milagrosa

Dr. Atencia: «Las cápsulas quemagrasas no tienen respaldo científico suficiente para recomendar su uso»

"Prometen mucho, pero apenas logran una pérdida de uno o dos kilos sin relevancia clínica"

"El riesgo de automedicarse con productos adelgazantes es mayor de lo que se cree"

Con la llegada del verano, se dispara el interés por los productos adelgazantes, especialmente las llamadas ‘cápsulas quemagrasas’ disponibles en farmacias, parafarmacias e internet. En redes sociales, influencers y ‘gurús’ del bienestar las promocionan como soluciones rápidas para perder peso sin esfuerzo. Sin embargo, su eficacia real y su seguridad siguen siendo objeto de debate en el ámbito médico. 

El Dr. José Atencia Goñi, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Vithas Madrid La Milagrosa, responde en OKSALUD a las dudas más frecuentes y nos ayuda a separar lo que dice la ciencia de lo que venden las campañas de marketing.

PREGUNTA.- ¿Qué es una cápsula quemagrasas? 

RESPUESTA.- Las «cápsulas quemagrasas» son una serie de productos que han proliferado en los últimos años y que se venden como complementos alimenticios para ayudar en la pérdida de peso o en su mantenimiento. Puesto que no entran en la categoría de fármacos, no son reguladas por la agencia europea del medicamento (EMA) ni requieren estudios de efectividad o receta para su compra.

P.- ¿Cómo actúa en el organismo?

R.- La mayoría de estas cápsulas quemagrasas contienen ingredientes de origen vegetal que parecen intervenir en diversos puntos del metabolismo de las grasas. Algunos pueden reducir la absorción a nivel intestinal, otros regulan su distribución o favorecen su movilización. Estos efectos se conocen por estudios de laboratorio de componentes en concreto, pero luego no existen ensayos clínicos con suficiente evidencia que conecten el posible efecto metabólico con el peso. Además, existen muchas diferencias entre unas cápsulas y otras.

P.- ¿Hay muchos pacientes que recurren a este tipo de productos? ¿Qué perfil suele buscarlos?

R.- El sobrepeso y la obesidad son patologías muy frecuentes y los pacientes tienen dificultades para enfrentarse a ellas. Son muchos los que recurren a diferentes ayudas externas, pero la mayoría de los consumidores de estas cápsulas no suelen haber consultado antes a un especialista. 

P.- ¿Qué principios activos suelen incluir estas cápsulas y cuál es la evidencia científica sobre su efectividad real? Si puede cite algún estudio y lo enlaza

R.- Algunos de los principios utilizados son conocidos, como la cafeína o el té verde. Otros lo son menos como el Coleus Forkskohlii, el extracto de mango africano o la Garcinia Cambogia. La cafeína, por ejemplo, ha sido estudiada por su efecto en la pérdida de peso y parece que sí existe una asociación por el aumento del metabolismo energético. La Garcinia Cambogia tiene efectos saciantes y a través del ácido hidroxicítrico podría favorecer que ante un gasto energético mayor se use la grasa como fuente de energía. Sin embargo, los estudios muestran pérdidas de peso demasiado pequeñas para ser significativas. Hay que señalar que no hay estudios de los preparados concretos que se venden como complementos nutricionales. 

P.- ¿Qué moléculas (principio activo) son las más consumidas?

R.- La cafeína y el té verde son los más consumidos a nivel mundial, aunque no por su efecto en la pérdida de peso. Dentro de las cápsulas o preparados destacan la combinación de Coleus Forkskohlii con extracto de mango africano por su venta en una conocida cadena de supermercados. Otros suplementos frecuentes son la L-carnitina, el ácido linoleico o la yohimbina.

P.- ¿Cuáles son más efectivas y por qué?

R.- Es difícil responder a esta pregunta ante la falta de evidencia científica. Los componentes de las cápsulas que han conseguido demostrar alguna pérdida de peso siempre consiguen bajadas modestas de 1-2 kg que no tienen relevancia desde el punto de vista clínico y en dosis que muchas veces no se corresponden con las incluidas en las cápsulas.

P.- Algunos productos prometen ‘acelerar el metabolismo’ o ‘reducir la absorción de grasas’. ¿Es cierto o es un mito alimentado por la industria?

R.- Es cierto que muchos de los componentes tienen algún papel en el metabolismo de las grasas y que en el laboratorio pueden interferir en vías de señalización o colaborar en el uso de la grasa como sustrato energético. Lo difícil es trasladar lo que un componente puede hacer en el laboratorio a resultados reales en pérdida de peso en humanos. Muchos fármacos se quedan en el camino de ser comercializados por no conseguir demostrar estas cuestiones.

P.- ¿Qué riesgos existen en su consumo sin supervisión médica? ¿Pueden tener efectos secundarios o interactuar con otros medicamentos? ¿Qué personas jamás deberían automedicarse en este sentido?

R.- El problema de utilizar productos sin estudios de respaldo es que no se ha valorado qué impacto pueden tener sobre patologías concretas o sobre la toma de otros medicamentos. Un producto que disminuye la absorción de las grasas siempre puede reducir la absorción de vitaminas liposolubles como la A, la E o la vitamina D, así como fármacos con esta forma farmacéutica. Debe evitarse su uso sin consejo médico, especialmente en personas con patologías previas.

P.- ¿Cuál sería su recomendación profesional frente a quienes buscan perder peso y consideran usar estas ‘cápsulas quemagrasas’ como un ‘atajo’?

R.- Hay que consultar a un médico especialista para recibir una evaluación completa sobre el peso y su estado metabólico que permita establecer un diagnóstico correcto y descartar complicaciones asociadas. Desde esta evaluación se propondrá un plan de tratamiento adaptado que evite la automedicación y sus peligros.

P.- ¿Qué papel deberían jugar los farmacéuticos y los profesionales sanitarios a la hora de informar al público sobre este tipo de productos?

R.- Debemos tener una actuación responsable sobre el uso de estos productos y siempre informar desde la precaución y desde el conocimiento de los datos. Por otra parte, es importante la promoción de la salud y de los estilos de vida saludables para intentar reducir el aumento de casos de sobrepeso y obesidad que vivimos en nuestro país y tratar los ya existentes.