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Dieta cetogénica: el complemento dietético para el cáncer de próstata

El cáncer de próstata es la neoplasia más frecuente en varones. En 2022, aproximadamente 5.960 hombres fallecieron por su culpa en España y se produjeron cerca de 36.000 casos nuevos, según la Asociación Española de Cáncer de Próstata. Pero la comunidad científica ya ha lanzado un mensaje de advertencia: en 20 años los casos se duplicarán y las muertes se dispararán un 85% a nivel mundial. 

Entre 2020 y 2040 se prevé que los casos de cáncer de próstata se dupliquen a nivel mundial, al pasar de 1,4 millones por año en 2020 a 2,9 millones por año en 2040. Esta es la principal conclusión de un estudio de la Comisión sobre el Cáncer de Próstata de The Lancet. Por consiguiente, también se elevarán las muertes. Así, en este documento se prevé que el número de fallecimientos anuales por esta neoplasia aumentará un 85% en 20 años.

El Instituto Médico Tecnológico (IMT) reconoce que existen factores de riesgo no modificables (edad, raza, antecedentes familiares, raza y mutaciones genéticas) y los modificables, como tener sobrepeso u obesidad, baja actividad física, el consumo de tabaco y alcohol y, como no, la dieta. Se ha constatado, comenta la institución, que dentro de los factores de riesgo más importantes para desarrollar cáncer de próstata se encuentran: el contenido de grasa animal en la dieta; la elevada ingesta calórica; la relación entre ácidos grasos omega 6 y omega 3 y el consumo de carne. 

Recientemente, en tres estudios, liderados por investigadores del Instituto de Salud Carlos III  y la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), se confirma el potencial preventivo de la Dieta Mediterránea frente al cáncer de próstata, mama y colon-recto. Las investigaciones se enmarcan en el Proyecto EPIC (Estudio Prospectivo Europeo sobre Nutrición y Cáncer), coordinado por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) y que se desarrolla en diez países europeos, entre ellos España. Su objetivo es investigar la relación entre dieta, estado nutricional, estilos de vida, factores ambientales e incidencia de diferentes tipos de cáncer y otras enfermedades crónicas. Los tres trabajos, publicados en las revistas científicas ‘Maturitas, ‘British Journal of Urology International’ y ‘Nutrients’, forman parte del Proyecto EPIC-España.

Dieta mediterránea 

Los resultados refuerzan la idea de que las recomendaciones nutricionales deben tener en cuenta patrones generales de dieta más que alimentos individuales, y confirman que adoptar hábitos dietéticos que se alejan del patrón de dieta occidental en favor de una dieta mediterránea podría reducir el riesgo de desarrollar cáncer de próstata, mama y  colon-recto.

Las personas participantes en el estudio EPIC-España con una alta adherencia al patrón de dieta Occidental mostraron en los tres estudios publicados el doble de riesgo de desarrollar un cáncer de próstata agresivo, un 37% más de riesgo de padecer un cáncer de mama y un 53% más de riesgo de tener cáncer colorrectal. Por otro lado, una alta adherencia al patrón de dieta Prudente no se asoció con el riesgo de desarrollar ninguno de los tumores explorados. Finalmente, los con adherencias altas al patrón Mediterráneo presentaron un 16% menos de riesgo de desarrollar un tumor maligno en el colon y recto que aquellos con adherencias bajas.

Ahora llega una nueva nueva investigación en la que se constata que agregar un suplemento pre-cetónico (un componente de una dieta cetogénica alta en grasas y baja en carbohidratos) a un tipo de terapia contra el cáncer es muy efectivo para tratar el cáncer de próstata, según encontraron los investigadores de la Universidad de Notre Dame.

Publicada recientemente en la revista «Cancer Research», en el estudio de Xin Lu, el profesor asociado John M. y Mary Jo Boler en el Departamento de Ciencias Biológicas, y sus colaboradores, se abordó un problema con el que los oncólogos han luchado: el cáncer de próstata es resistente a un tipo de inmunoterapia llamada terapia de bloqueo de puntos de control inmunológico (ICB). La terapia con ICB impide que ciertas proteínas se unan a otras proteínas y allana el camino para que las células combatientes de nuestro cuerpo, las células T, eliminen el cáncer.

«El cáncer de próstata es el cáncer más común entre los hombres estadounidenses, y la inmunoterapia ha sido muy influyente en algunos otros cánceres, como el melanoma o el cáncer de pulmón, pero no ha funcionado casi en absoluto para el cáncer de próstata», ha afirmado en un comunicado el investigador Lu, afiliado con el Centro Boler-Parseghian para Enfermedades Raras y Desatendidas. 

Agregar un suplemento dietético podría superar esta resistencia, ha sugerido el autor principal del estudio, Sean Murphy, un ex alumno del 24 que era estudiante de doctorado en el laboratorio de Lu, había estado siguiendo una dieta cetogénica. Sabiendo que las células cancerosas se alimentan del azúcar, decidió que privar a los modelos de ratón de carbohidratos (un componente clave de la dieta cetogénica) podría prevenir el crecimiento del cáncer.

Dividió los modelos en diferentes grupos: inmunoterapia sola, dieta cetogénica sola, un suplemento precetónico solo, la dieta cetogénica con inmunoterapia, el suplemento con inmunoterapia y el control. Si bien la inmunoterapia por sí sola casi no tuvo ningún efecto sobre los tumores (como les sucede a la mayoría de los pacientes con cáncer de próstata), tanto la dieta cetogénica con la inmunoterapia como el suplemento precetónico con la inmunoterapia redujeron el cáncer y prolongaron la vida del ratón. 

Suplemento con inmunoterapia

«Resultó que esta combinación funcionó muy bien. Hizo que el tumor se volviera muy sensible a la inmunoterapia, y el 23 por ciento de los ratones se curaron; estaban libres de tumores; en el resto, los tumores se redujeron de manera realmente dramática»., han aseverado los autores-

La evidencia apunta a la posibilidad de que un suplemento que proporcione cetonas, que es lo que se produce en el cuerpo cuando las personas siguen una dietaKeto, podría prevenir que las células del cáncer de próstata sean resistentes a la inmunoterapia. Esto puede conducir a futuros estudios clínicos que examinen cómo las dietas cetogénicas o los suplementos cetogénicos podrían mejorar la terapia contra el cáncer.

Si bien las dietas cetogénicas permiten un mínimo de carbohidratos, el éxito de este estudio no se debe a la falta de carbohidratos, han enfatizado Murphy y Lu. Se trata de la presencia del cuerpo cetónico, una sustancia producida por el hígado y utilizada como fuente de energía cuando no se dispone de glucosa. Las cetonas interrumpen el ciclo de las células cancerosas, permitiendo que las células T hagan su trabajo para destruirlas.

El descubrimiento también fue emocionante a nivel molecular. Cualquier tipo de estudio dietético puede verse afectado por el posible problema de causalidad: ¿Los resultados de la dieta u otros cambios se deben a la dieta? Pero Lu y sus colaboradores confirmaron sus resultados utilizando la secuenciación de ARN unicelular, que examina la expresión genética de células individuales dentro del tumor.

«Descubrimos que esta combinación del suplemento y la inmunoterapia reprogramó todo el perfil inmunológico de los tumores y reclutó muchas células T en los tumores para matar las células del cáncer de próstata. La terapia exitosa también redujo la cantidad de un tipo de célula inmune llamada neutrófilos. Una vez en el microambiente del tumor, las propiedades naturales de los neutrófilos se distorsionan enormemente y se vuelven en gran medida responsables de inhibir las actividades de las células T y permitir una mayor progresión del tumor. La desregulación de los neutrófilos también se asocia con muchas otras enfermedades», han comentado.

Dado que el cuerpo cetónico principal agota los neutrófilos, se abre la puerta para investigar los efectos de la dieta cetogénica y el suplemento cetónico en enfermedades que van desde la enfermedad inflamatoria intestinal hasta la artritis. «Lo emocionante es que nos estamos acercando al mecanismo, respaldado por modelos genéticos y lo que estamos viendo en los propios tumores, de por qué esto funciona», han apostillado.