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Cómo saber si tengo intolerancia a la fructosa

En todo el mundo el porcentaje de personas afectadas por alguna alergia o intolerancia alimentaria es cada vez mayor, siendo la intolerancia a la fructosa uno de los trastornos más importantes y sobre todo entre los jóvenes, por lo que conviene analizarlo.

No existe una única intolerancia a la fructosa. Realmente, hay varias alteraciones en el metabolismo, como consecuencia de defectos enzimáticos, que dan lugar a problemas relacionados con este nutriente, y por eso se suele caer en el error de asociarlos, creyendo que se trata de un diagnóstico similares, pero debemos tener en cuenta que no es así.

¿Qué es la fructosa?

Para comprenderlo mejor, hay que ser conscientes de que la fructosa es un hidrato de carbono de tipo simple, que se encuentra en alimentos muy comunes, como la verdura, la fruta o la miel. Dado que su consumo ha crecido en los últimos tiempos, se explica esa mayor intolerancia.

Sin límites de ingesta por parte de la Organización Mundial de la Salud siempre que se hable de las presentaciones naturales de estos alimentos, y no de imitaciones ultraprocesadas, el inconveniente es que las mermeladas, zumos, etc., poseen fructosa añadida para imitar el sabor original.

¿Por qué aparece la intolerancia a la fructosa?

Por tanto, podemos definir la intolerancia a la fructosa como un déficit enzimático que provoca síntomas relacionados con una mala absorción de este elemento dentro del aparato digestivo.

La fructosa no es asimilada como debe y pasa al colon donde las bacterias intestinales la fermentan, derivando este proceso en gases y otras molestias intestinales muy frecuentes, incluso la diarrea.

¿Cómo saber si tengo intolerancia a la fructosa?

Ésta es una pregunta que se hacen cada vez más personas por los motivos antes señalados, y aunque la respuesta será individual, dependiendo de las razones que lleven a plantearse esta importante duda, sí podemos decir que hay una prueba que mide la actividad de las bacterias intestinales tras suministrarnos pequeñas dosis de fructosa, y que eso descarta o confirma que efectivamente la padezcamos.

Y si lo que te inquieta es saber qué debemos hacer en este caso. Para ello, es el médico quien nos va a dar un diagnóstico sobre esto y también el tratamiento a aplicar. Si bien avanzamos que lo normal es que se recomiende un menor consumo de alimentos ricos en azúcares simples, como el azúcar de mesa y similares, y recomendar también aquellos que contienen altos niveles añadidos, como la mayoría de los ultraprocesados.